Otra Versión de la Navidad
26 diciembre 2019
En el Evangelio de San Lucas (2, 6-7) leemos: «Y sucedió que, mientras estaban allí [en Belén], le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, pues no había sitio para ellos en la posada». El pasaje suele interpretarse así: José viaja desde Nazaret a Belén para empadronarse, estando su esposa en estado de avanzada gestación; pese a que su estirpe es oriunda de Belén, José no tiene casa familiar donde alojarse, ni tampoco casa de un deudo que pueda hospedarlos, viendo a María a punto de romper aguas; José, entonces, busca habitación en una posada, pero todas están ocupadas (o los desalmados posaderos no les hacen hueco, aunque tengan alguna libre, pues esperan la llegada de huéspedes de mayor ringorrango); y, ante este cúmulo de desgracias (fruto de la imprevisión de José), María tiene que resignarse a dar a luz en un pesebre.
Las relaciones de María y (V)
Madre de todos los creyentes
Por Domingo Aguilera. Diciembre 2019
Vimos en los tres artículos anteriores cómo María establece con la Trinidad relaciones: de Filiación con el Padre, de Maternidad con el Hijo y Esponsales con el Espíritu Santo. Una semejanza de las relaciones intratrinitarias que establece desde su Inmaculada Concepción pasando por su SI en la Encarnación, para desde entonces, estar solo pendiente de la Redención.
María inaugura el modelo de relaciones del Nuevo Testamento, que hasta entonces sólo eran relaciones reverenciales con Yahvé, para que las criaturas podamos establecer relaciones en la intimidad de la Trinidad.
Las relaciones que establecemos los hombres son accidentes y trascendentes, no es el caso de las relaciones Intratrinitarias que son inmanentes. Pero los accidentes son muy importantes en nuestra vida, son lo que nos distinguen de los demás y por lo que seremos salvados o recusados. Una persona puede hacer el bien o el mal, pero no puede dejar de ser persona.
Las relaciones de María y (lV)
María Esposa de Dios Espíritu Santo
Por Domingo Aguilera. Noviembre 2019.
En el Cantar de los Cantares el Amado clama con bellas palabras por la Esposa. Es el amor esponsal, eterno, que clama por la amada. Tradicionalmente es la figura del Amor de Jesús por su Esposa, la Iglesia. Y del amor fundante, del Espíritu Santo por María.
El amor más pleno es el amor esponsal, que es fecundo, generador de vida. Es el amor al que debemos aspirar tanto los célibes como los casados. Es el Amor en la fe. Si creemos que Cristo nos ha liberado de la muerte y del pecado, si de verdad nos lo creemos, entonces nuestro amor ha de ser esponsal, de entrega completa en la fe, para ser fecundos en la fe.
Las Relaciones de María (III)
María Madre de Dios Hijo
Por Domingo Aguilera, Octubre 2019
La maternidad no es de naturalezas, sino de personas. María no es la Madre de la naturaleza Divina de Jesús. Jesús no son dos personas, una divina y otra humana, sino una persona con dos naturalezas. María es la Madre plena de Jesús de Nazaret. Que es el Hijo del Dios vivo. “Yo hago las obras de mi Padre, Mi Padre es el que me glorifica…..” (jn ,8, 54). María es plenamente la Madre de Dios.
Las Relaciones de María (II)
María Hija de Dios Padre
por Domingo Aguilera. Septiembre de 2019
Como vimos en el post anterior, las relaciones entre las tres Personas de la Santísima Trinidad son Inmanentes e Inmutables. Relación Filial y Relación de Amor.
¿Cómo son nuestras relaciones?
Nosotros “elegimos” las relaciones y esa elección nos enriquece o degrada. Relaciones de igual a igual, como la amistad o el matrimonio. Otras relaciones que no elegimos, podemos aceptarlas o rechazarlas, son “verticales”, como la paternidad-filiación, maestro-discípulo, etc.
Podemos relacionarnos con los demás o las cosas, desde nuestros sentidos, desde nuestra imagen real o virtual, desde nuestros miedos, desde la tecnología, o por el contrario desde el fondo de nuestro corazón, o cómo dice Polo desde el ser personal. (*)