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 Por Domingo Aguilera, 15 de Abril 2020

Hemos dejado atrás la semana santa, hemos asistido a la resurrección del Señor y seguimos en confinamiento.

Toda la sociedad está preocupada por el día de mañana. Para muchos ha sido un tiempo perdido que hay que recuperar, para otros la preocupación será cómo comenzaré mañana, o si ya no comenzaré porque tendré todas las puertas cerradas.

A todos se nos ha concedido un tiempo para reflexionar. Para unos lo más importante será recuperar la economía, para otros recuperar el poder, y así,… casi hasta el infinito.

Y María meditaba y guardaba estas cosas en su corazón.(3)

Por Domingo Aguilera. Abril  2020

 

José y María van al templo con su Hijo, para cumplir los ritos de la purificación de María. Unos días antes ya habían subido con el Niño para ofrecérselo, como primogénito, al Señor. El dueño y Señor de la Ley se ofrece inerme a su Padre para, como hombre, cumplir la Ley. Como buena madre, María está feliz y allí se encuentran con Ana y Simeón.

 Ana,  que había pasado los años de su vejez en el templo, recibe con inmensa alegría lo que había esperado durante toda su larga vida. Su esperanza está colmada y es inmensamente feliz. “Y hablaba de él a todos los que esperaban la redención de Jerusalén”.

Ana, como los pastores y los magos, se convierte en testigo  de la redención que está comenzando. Y no puede dejar de contárselo a todos. Ha establecido una relación de fe con el Niño a través de María.

Por Domingo Aguilera,  28 de Marzo de 2020.

Esta pandemia nos ha demostrado la fragilidad de cada uno de nosotros y de la humanidad entera.

En mi post “Modelo” https://www.amigosdelavirgen.org/noticias/9-home/22-modelo hace más de un año, comentaba que la sociedad postmoderna no tiene modelo y por lo tanto futuro.

El hombre del siglo XXI confía en la ciencia, en la tecnología, los planes económicos y en la postvedad. Nada me impide hacer lo que yo quiero. La tecnología y la ciencia me ayudan, luego lo conseguiremos. Seremos eternos, seremos poderosos, seremos…como Dios. Sin Dios.

Y María  guardaba todas estas cosas en su corazón. (2)

Por Domingo Aguilera. Marzo 2020

En el anterior post, vimos la importancia del nuevo matrimonio en la fe, inaugurado por María y José y como la Encarnación del Verbo se realiza dentro de ese matrimonio.

Ahora llegamos a Belén. Y en Belén nace el Niño. https://www.amigosdelavirgen.org/noticias/20-boletin-noticias/156-un-nino-nos-ha-nacido

María ya grávida, emprende un viaje con José,  que para la mayoría de nosotros no tiene sentido. Excusas, retrasos, pagar para que alguien nos apunte en el censo, comprar voluntades... Solo que María y José no se mueven como nosotros, se mueven por fe. Y nace en Belén, donde decían las profecías. Nace en la discreción de un habitáculo dedicado a las bestias, que María habría limpiado y preparado para el momento. María sola, sin dolor, en plena intimidad con Dios. Luego bajaría José a ver al Niño. Virgen antes del parto, Virgen en el parto y Virgen después del parto. Su seno inmaculado es la morada de Dios, por ser virgen y preservada del pecado original.

Y María guardaba todas estas cosas en su corazón.(1)

Por Domingo Aguilera. Febrero 2020

En el capítulo 2 versículo 19, justo cuando los pastores acaban de adorar al Niño, San Lucas nos dice: ”María guardaba todas estas cosas ponderándolas en su corazón.” Y lo repite al final del mismo capítulo en el versículo 51 “bajó con ellos, vino a Nazaret y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón

Y cabe preguntarnos ¿Qué cosas eran esas que María guardaba en su corazón? ¿Unos bonitos atardeceres? ¿Unas buenas tertulias con sus parientes?.... Lo veremos en varios capítulos.

Ahora vamos a situarnos en Nazaret el año 0 de nuestra era. El pueblo judío esperaba la llegada del Mesías. Los profetas y los signos de los tiempos así lo anunciaban.  Toda Jerusalén bullía en habladurías y preguntas.