Esta web usa cookies operativas propias que tienen una pura finalidad funcional y cookies de terceros (tipo analytics) que permiten conocer sus hábitos de navegación para darle mejores servicios de información. Si continuas navegando, aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración, desactivarlas u obtener más información.

Por Domingo Aguilera, Enero 2019

Nos cuenta S. Mateo que los Magos, entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron.

Durante tres años los apóstoles siguen al maestro, Jesús de Nazaret. Preguntan, viajan con el Maestro,  asisten a sus milagros, ellos mismos mandan a los demonios. Son sus discípulos, han establecido una relación de maestro/discípulo. Piden y obtienen. Hacen oración.

Cuando ya está próxima la Hora, Jesús dice a sus apóstoles: (Jn, 15, 15) ya no os llamo siervos sino amigos. Y Jesús, establece una relación de igual a igual. La amistad. Darse uno a otro sin esperar nada, el amor humano más sublime. Lo que colma el corazón de todas las personas. Y charlan con el Amigo. Hacen oración.