Por Domingo Aguilera. Mayo de 2021
Acabamos de contemplar la gran soledad y dolor de María, en la pasión de su Hijo. Todavía en tiempo de Pascua y comenzando Mayo, vamos a considerar que si grande fue el dolor, más grande fue la alegría al resucitar Jesús.
Cuando a María se le apareció el Ángel para anunciarle que iba a ser la Madre del Mesías, seguro que tuvo la mayor alegría del mundo. Estaría como flotando, como los pastorcillos de Fátima, cuando se les aparece el ángel. Con el cuerpo en la tierra y el alma en el cielo y la alegría de saber que ya la redención del género humano estaba en su seno. No cabe mayor alegría.
Por Domingo Aguilera. Marzo 2021
Sabemos que José se fue al cielo joven. No sabemos, al menos yo, porqué José se va al cielo joven, y sin carro de fuego, al contrario, en absoluto silencio e intimidad. Quizás lo podremos intuir en estas próximas líneas.
Por Domingo Aguilera. Febrero 2021
El cielo abierto.
Durante la vida pública de Jesús en la tierra, el cielo se abre sólo dos veces: una en el Jordán cuando Juan bautiza a Jesús; y otra en el Tabor, cuando Jesús enseña a sus más íntimos colaboradores la gloria del cielo, para fortalecerles en lo que estaba por llegar. La realidad más inesperada para un Mesías: la muerte en la cruz.
Por Domingo Aguilera. Enero 2021
Al pensar en S. José, lo primero que me viene a la cabeza es que José, el padre de Jesús, es la única persona cercana al Señor, de la que no conocemos ni una sola palabra suya. Parece que no dijo nada. Mejor dicho, no dijo nada reseñable según el criterio de los sobrios evangelistas. Pero eso no significa que no sepamos nada de él, porque los mismos evangelistas nos dejan muchas pistas. Quizás por eso mismo, a San José se le haya interpretado mal. El joven judío, que tendría menos de 20 años cuando conoce y se enamora completamente de María, ha sido pintado y tratado como un viejo decrépito durante centenas de años, posiblemente para resaltar la pureza de María.
Por Domingo Aguilera. Dic 2020
Me pide un gran amigo mío, L MM, que publique un artículo en diciembre sobre la Navidad.
Si me preguntasen cuál es el villancico que más me gusta, respondería sin pensármelo dos veces, que un español y un italiano.
El español dice:
Dime Niño de quién eres, todo vestido de blanco,
Soy de la Virgen María y del Espíritu Santo
Dime Niño de quién eres y si te llamas Jesús
Soy amor en el pesebre y sufrimiento en la Cruz.
Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra
Que viva el Niño Jesús que nació en la Nochebuena
La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va
Y nosotros nos iremos y no volveremos más.
El italiano se titula “Tu Scendi Dalle Stelle”y dice así: