Por Domingo Aguilera Pascual. Abril 2025
Se acercaba el día de la Pascua y Jerusalén bullía de peregrinos y forasteros, además este año los Príncipes de los judíos y el Sumo Sacerdote estaban preocupados por los últimos acontecimiento que protagonizaba un tal Jesús que se presentaba a sí mismo como el Mesías.
Hasta hace unos meses no se tenían noticias claras de esta secta, pero últimamente los escribas y los fariseos tenían frecuentes enfrentamientos con los seguidores de Jesús y especialmente con Él. De hecho, andaban pensando como prenderle y buscaban entre los suyos alguien que le traicionase.
Junio 2024. Por Domingo Aguilera
En el Protoevangelio Dios Padre decide que la ruptura, por parte de la humanidad de la relación con Dios, ha de restaurarse por una Mujer cuya descendencia aplastará la cabeza del dragón (Gen 3, 15). De Ella brotará un nuevo linaje: la raza de los hijos de Dios.
Por Domingo Aguilera Pascual. Mayo 2024
Con esta invocación le pedimos a la virgen María que nos conceda la participación en la alegría trascendental, en aquella alegría que supera incluso los grandes sufrimientos morales, como los sufrimientos que tuvo que superar Jesucristo en la Pasión.
Paras entender esto hay que tener en cuenta dos cosas:
Por Domingo Aguilera, enero 2024
María y José ya se habían casado, aunque no habitaban en la misma casa todavía siguiendo la costumbre judía de esperar un año mientras el marido construía la casa común, cuando María concibió del Espíritu Santo.
María fue verdadera madre al aceptar al Hijo como su hijo, porque siempre los hijos los da Dios y José fue verdadero padre al aceptar al Hijo de María como hijo suyo. El hijo hace a los padres y no el revés, como ocurre con los animales, porque la persona la crea el Creador en el momento en que los padres ponen la esencia del futuro hombre. La persona es un don divino.
Por Domingo Aguilera. Diciembre de 2023.
Artículo publicado en Saxum. https://www.saxum.org/es/sub-tuum-presidium/
Esta oración dirigida a la virgen María es el himno más antiguo de los que conocemos en el que se manifiesta como Madre de Dios. Aparece en un escrito griego del año 250 por lo que es muy probable que ya se rezase esta oración con anterioridad a esa fecha. La palabra griega Θεοτόκε, no deja lugar a dudas sobre la verdadera maternidad de María.