La mujer Inmaculada
Por Domingo Aguilera Pascual. Diciembre 2025.
La Redención del género humano fue querida y diseñada por Dios Padre. Nada más pecar Adán y Eva, Yahvé les promete que la serpiente será vencida por una Mujer que le pisará la cabeza.
Esta Mujer debería ser una mujer, que, al contrario de Eva, recuperara la beatitud perdida por los primeros padres de la humanidad. Esta forma sería la más acorde con la naturaleza humana. Cabrían otras más espectaculares, como una aparición en toda la tierra y que con grandes fenómenos toda la humanidad reconociese su pecado, pero en ese caso el demonio podría reclamar que es una sobreabundancia de fuerza contra él y engañar otra vez a los hombres. No fue así, sino que, si una mujer fue vencida por Belcebú, otra Mujer fue el medio por el cual la humanidad fue redimida.
La mujer desechada
Por Domingo Aguilera Pascual. Noviembre 2025.
En Israel las mujeres, especialmente las viudas, no tenían derechos tal y como nosotros los conocemos hoy en día. La mujer en esa sociedad estaba considerada principalmente para tener hijos y debía estar sometida al varón.
La mujer de mirada divina
Por Domingo Aguilera Pascual. Octubre 2025
En la Salve decimos “vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos”. Pero ¿qué tienen esos ojos de especial? La misericordia es divina, sólo Dios puede apiadarse de todos nosotros y salvarnos. La misericordia de Dios sí nos salva, es eficaz en si misma al operar según su Ser.
Pues los ojos de María tienen de especial que son los más bonitos del mundo, porque son los ojos que Ella donó a su Hijo Jesús y por eso quiso darle lo mejor; los ojos más puros.
Una cita en la ermita de Hontanares
Por Domingo Aguilera Pascual. Septiembre 2025
Este verano he vuelto a Riaza, un pueblo de la provincia de Segovia. Vuelvo en verano como hace muchos años volvía al pueblo de Trinidad, mi madre, en Castillejo de Robledo, donde veraneábamos en mi juventud.
María sale al encuentro de sus hijos
Por Domingo Aguilera Pascual. Julio 2025.
En la parábola del hijo que se va de casa aparece un padre que salía todas las tardes a vislumbrar desde un alto, oteando la dirección por la que su hijo se había marchado, para ver si venía. Cuanta frustración con ese hijo, que además el otro hermano llama “tu hijo”, es decir, ni le nombra. Para un semita el nombre es muy importante porque significa lo que uno es. Así cuando Jesucristo cambia el nombre a Simón, le dice “en adelante te llamarás Pedro, que significa piedra”. El ángel también le dice a José que “tú le pondrás por nombre Jesús, que significa el Salvador”.