La Iglesia aprendió lecciones valiosas de las apariciones de Fátima que el mundo necesita ahora.
Nuestra Patria es el cielo, no hay dudas de ello. La vida es un camino muy breve para ganarnos el cielo, con nuestras buenas obras, amando, agradando a Dios con nuestros pensamientos, palabras y actuaciones. Y para ayudarnos tenemos a nuestra Madre del cielo.
La historia de los tres pastorcitos y la misteriosa señora que revolucionó un pueblecito de Portugal.
“Socórrenos de la peste, escúchanos, oh Señora, pues tu Hijo no te niega nada que te honre…”
En la audiencia general, el Pontífice recordó también el aniversario del atentado a Juan Pablo II (13 de mayo de 1981) y la intervención materna de la Virgen María al salvarle la vida.