Las Relaciones de María
por Domingo Aguilera. Julio 2019
En su libro “The Marian Option”, Carrie Gress, hace referencia en su capítulo 8, que al charlar con el P. James Flanagan, fundador de la “Sociedad de Nuestra Señora de la Divina Trinidad”, este le dijo que todo en María era cuestión de Relaciones.
Y me parece un enfoque muy sugestivo, luminoso e interesante para desarrollar en varios capítulos.
Como dice Giulio Maspero en su escrito sobre la Trinidad: https://opusdei.org/es/article/tema-5-la-santisima-trinidad/
“Dios no sólo posee una vida íntima, sino que Dios es –se identifica con– su vida íntima, una vida caracterizada por eternas relaciones vitales de conocimiento y de amor, que nos llevan a expresar el misterio de la divinidad en términos de procesiones.
De hecho, los nombres revelados de las tres Personas divinas exigen que se piense en Dios como el proceder eterno del Hijo del Padre y en la mutua relación –también eterna– del Amor que «sale del Padre» (Jn 15, 26) y «toma del Hijo»( Jn 16, 14), que es el Espíritu Santo. La Revelación nos habla, así, de dos procesiones en Dios: la generación del Verbo (cfr. Jn 17. 6) y la procesión del Espíritu Santo. Con la característica peculiar de que ambas son relaciones inmanentes, porque están en Dios: es más son Dios mismo, en tanto que Dios es Personal; cuando hablamos de procesión, pensamos ordinariamente en algo que sale de otro e implica cambio y movimiento".
En el anterior post, “El día que José se enamoró de María”, vimos cómo José, siendo como era JUSTO. (Conocedor profundo de toda la Revelación), queda completamente “sobrepasado” al enfrentarse al misterio de la Trinidad en María. Es la primera vez que “siente” en su corazón la realidad de este misterio, algo mucho más grande que la idea del Mesías, término genérico, que el mismo Jesús clarificará, presentándose como el verdadero Hijo de Dios. Y por esa declaración, será reo de muerte y crucificado.
La primera manifestación pública de la Trinidad se realiza en el Bautismo de Jesús y la segunda en el Tabor. Pero a partir de la muerte y Resurrección del Hijo, se inaugura el reinado del Espíritu Santo.
Veneramos a María como Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, así lo rezamos en las letanías.
Sabiendo que María es la primera criatura que alberga de forma consciente, en su corazón, con la libertad del SÍ, a la Santísima Trinidad y que desarrolla todo su andar en la tierra en un continuo trato de intimidad con las tres personas, Ella nos puede ayudar a profundizar en las relaciones Divinas, y así encontraremos un camino seguro para llegar a la intimidad con la Santísima Trinidad, que siendo el mayor misterio divino, se nos ha revelado como tal, no para “conocerlo” con la razón, ni para “quererlo” con la voluntad, sino para “concebirlo” en lo más íntimo de nuestro corazón.
Se abre así un horizonte ilimitado para toda la humanidad y especialmente para nosotros, los bautizados.
En la última cena: “Ya no os llamo siervos sino amigos”… En la cruz: “hijos del Padre”, …Y en Pentecostés: Con María, en la libertad del Amor, somos dioses. Alcanzamos la plenitud de los hijos de Dios.
Nota: En Agosto y Septiembre no emitiremos el boletín, es un tiempo propicio para descansar y repasar con calma aquellos post que más os hayan tocado el corazón. Y para pedirle a María que nos prepare un camino seguro.
Iter para tutum.