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Son tapices elaborados con diversas flores para honrar a “Carmencita” en la población de Araira, un lugar al que llegaron emigrantes italianos en 1874. Este año los festejos están restringidos por el COVID-19, por lo que volver a organizarlos en el 2021, es desde ahora la principal motivación de esta población de profunda devoción mariana.

Los habitantes de Araira, una pintoresca población agrícola ubicada entre verdes montañas en el centro-norte del estado Miranda (Venezuela), honran a la Virgen del Carmen con unas “Alfombras de flores” que realizan el domingo siguiente a la festividad del 16 de julio.

Es algo que va creciendo desde hace 29 años. A la calle Bolívar, la principal de esta población, llegan miles de votos desde todo el país suramericano, para recorrer y observa los más diversos arreglos florales colocados en el suelo.

Algunos peregrinos llegan para pagar sus promesas a la madre de Jesús, también llamada “Carmencita” en la región. La elaboración de las “Alfombras de Flores”, recaen en los vecinos que asumen en ello “un auténtico acto de fe y devoción mariana”, llegando a superar los cien paños elaborados con muchas variedades de rosas, margaritas, cayenas, dalias, girasoles, crisantemos y claveles; incluidas variedades de granos y frutas.

También se suman instituciones públicas y privadas, centros educativos y grupos musicales, así como los comercios que prestan sus servicios en la zona, respetando las normas que solo permiten el diseño de tapices con alegorías religiosas, culturales y familiares, convertidas en una verdadera fiesta popular que trasciende a Venezuela.

En algunas ocasiones se han observado diseños contentivos de hojas, fotos, juguetes, estampas y otros elementos ornamentales que permitan manifestar agradecimientos por los favores concedidos y por supuesto, hacer nuevas peticiones a la Virgen del Carmen.

Pedirán a la Virgen alejar la pandemia

Este año, sin embargo, para respetar las medidas en prevención del COVID-19, las estrofas del joropo mirandino con que honran a María desde 1992 en la Misa Criolla, solo se escuchará en el templo parroquial dedicado a Nuestra Señora del Carmen, y adscrita a la Diócesis de Guarenas. El “Ave María, Ave María, flores y frutos para Carmencita, Ave María, Ave María, Araira le canta a su Virgencita”, solo será cantado por los pocos que asistan a la ceremonia o sigan la ceremonia en las redes sociales y emisoras locales.

Igualmente, tan solo una muestra de los cientos de tapices con que tradicionalmente adornan la calle Bolívar, será colocada en el templo frente a la Virgen del Carmen, permaneciendo expuesta “durante un razonable lapso determinado por la Iglesia, para ser venerada por los feligreses”, dice el comunicado firmado entre otros, por el padre Alí Benítez y Fernando Berroterán, presidente de la asociación civil que los agrupa.

Las alfombras de flores de Araira, gozan de la declaratoria como patrimonio religioso – cultural del estado Miranda, alcanzada en el año 2016. Su estructura organizativa se sujeta netamente a un normativo de fe cristiana, por lo que las decisiones que se establezcan desde la iglesia son de estricto cumplimiento. La fascinante actividad únicamente se realiza en esta población de Venezuela, según ha podido conocer Aleteia.

Historia de las alfombras de flores

Queriendo ahondar en cómo surge esta forma de honrar a la Virgen del Carmen,  primeramente, a través de la página Alfombras de flores de Araira, se conoció que la palabra “Araira” evoca el nombre de la hija de un cacique, y esa designación de mujer lo ostentan el pueblo y el río local. Pero los lugareños también quisieron que una mujer les protegiera en las adversidades y las alegrías, “por eso, María Madre de Jesús, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen protege este poblado mirandino”.

La devoción comenzó a afianzarse luego de fundarse la Colonia Mixta el 16 de septiembre de 1874, bajo la presidencia del General Antonio Guzmán Blanco, con la intención de instalar en esta región a un grupo de campesinos inmigrantes provenientes de la provincia de Belluno, Italia. Muchos descendientes todavía pueblan este lugar.

“Posteriormente, en el año 1877, un segundo grupo de inmigrantes italianos se encomendaron durante una tormenta en alta mar a la Virgen del Carmen, a quien ofrecen construir una capilla en su honor, en el lugar donde fueran asentados”, indica el perfil citado por Aleteia. “Ahora cuida sus cultivos después de más de un siglo”.

Con el tiempo, luego de concluido el templo actual, el presbítero de origen hindú, Bernard Karikamury (1933-1991), se abocó a incorporar a la población campesina en la celebración en honor de la santa patrona. “Por tal motivo, se inicia el domingo siguiente a la Fiesta del Carmen con carrozas (carros decorados), un paseo de la Virgen arreglada con frutas traídas de los campos y hogares de esta comunidad.

También adornan una imagen llamada cariñosamente “Carmencita”, por integrantes de la Sociedad del Carmen” que viene funcionando desde hace más de 90 años.

Otro hito en esta historia tiene lugar en el año 1992, cuando el padre Humberto Delgado, párroco de Araira, plantea a la Sociedad del Carmen, “honrar a la Virgen con Alfombras de Flores, tradición cultivada en otras latitudes para rendir homenaje principalmente al Santísimo Sacramento del Altar”. La propuesta fue aceptada por la Sociedad y desde entonces, “los araireños iniciaron una nueva forma de honrar a la Virgen del Carmen”.

Es así como el domingo siguiente a la fiesta del Carmen (16 de julio) la imagen de “Carmencita” se sigue adornando con flores y frutos provenientes del campo y realizan una Misa Criolla con arreglos musicales hacen alusión a la idiosincrasia del pueblo.

Al terminar la celebración eucarística, la imagen es trasladada en procesión por las calles de Araira, entre cantos y oraciones, hasta llegar al encuentro con el camino floral en que participan todos los estamentos de esta comunidad”.

RESTRICCIONES DE LA CEV.- En este marco del COVID-19 que mantiene a Venezuela en una “Cuarentena estricta”, resalta el hecho de que la Conferencia Episcopal Venezolana, ratificó este 13 de julio, lo siguiente: “se evitarán las manifestaciones religiosas y de evangelización que sean públicas y supongan aglomeraciones”. Igualmente, la CEV confirmó la “decisión de mantener cerrados los templos, diversos centros de culto y oración (casas de retiro y encuentros) hasta el momento en que se considere oportuno, en beneficio de la salud de todos”.