El 1 de mayo, en el santuario de Caravaggio, tendrá lugar la consagración querida por los obispos siguiendo la voz de los fieles: “Queremos que nos proteja la Madre de Dios de la pandemia, no más muertes, enfermos y estragos económicos”
“Hemos recibido más de trescientas cartas de todos los rincones de Italia. Los pastores tienen la tarea de guiar a su rebaño, el pueblo cristiano, pero a menudo es el rebaño el que conduce a los pastores, como ha sucedido en este caso”, explicó el presidente de los obispos italianos, el cardenal Gualtiero Bassetti, al anunciar la decisión de confiar a Italia a la Madre de Dios, el próximo viernes 1 de mayo, como un signo de salvación y esperanza.
La consagración se realizará el día de la fiesta del trabajador, 21 horas (hora local). El evento tendrá un momento de oración en la Basílica de Santa María del Fonte en Caravaggio, en la provincia de Bérgamo, en la diócesis de Cremona, donde la Virgen María se apareció el 26 de mayo de 1432 al joven conde Giannetta de’ Vacchi. Bergamo es la región italiana más golpeada por el brote del Covid-19.
La consagración de Italia a la Virgen se realizará en una fecha y lugar simbólicos. “Mayo es, de hecho, el mes tradicionalmente dedicado a Nuestra Señora, un tiempo en el que se reza el Rosario, se realizan las peregrinaciones a los santuarios, la necesidad de dirigirse a la intercesión de la Virgen con oraciones especiales. Comenzar este mes con el acto de confianza en María, en la situación actual, adquiere un significado muy especial para toda Italia”, afirmó en un comunicado la CEI.
La población de Caravaggio también tiene un significado preciso en el sentido de que encierra “el dolor experimentado en una tierra duramente probada por la emergencia sanitaria” por la pandemia, argumentan los obispos italianos con su decisión.
“Es a la Santísima Virgen a quien la Iglesia confía los fieles, los trabajadores sanitarios y los médicos, las familias, los difuntos” y, en particular, en la fiesta del 1 de mayo, “los trabajadores, conscientes de las preocupaciones y de los temores con los que tantos miran hacia el futuro”.
“Las cartas que recibí -añadió el cardenal en un mensaje de video- estaban llenas de amor y devoción a la Virgen”. La devoción se manifestó sobre todo con la petición, continuó Bassetti, de “dedicar al Inmaculado Corazón de María nuestra nación y a todas las personas que sufren esta epidemia, a todos los que trabajan en los hospitales y que deben cuidar de sus semejantes”.
Por este motivo, la Conferencia Episcopal Italiana ha asignado otros 2 millones y 400 mil euros para beneficiar a varias organizaciones y hospitales comprometidos en ayudar a los pacientes de Covid-19 y a las familias más pobres.
El Papa Francisco ya ha pedido la protección de la Virgen
El pasado 10 de marzo de 2020, el papa Francisco confió la Ciudad de Roma, Italia y el mundo a la protección de la Madre de Dios, como signo de salvación y esperanza.
También el Papa había dirigido una especial oración a la Virgen María para encomendar Italia y el Mundo a la Virgen el pasado 11 de marzo, en el día que la Organización Mundial de la Salud informó que el virus se había convertido en una pandemia y llamó a la emergencia global.
En los momentos más difíciles, en los momentos más dramáticos, los hijos vuelven a la madre. “No deseches las oraciones que te dirigimos, en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!”, rezó Francisco delante a la imagen de la Virgen del Divino Amor con el niño en brazos.
En los últimos días se informó que por primera vez desde que brotó la Covid-19 en Italia el número de casos positivos activos, esto es, de personas actualmente contagiadas bajó en las últimas 24 horas.
Poco, apenas una veintena de casos, y son 108.237 positivos, pero es un hito en la lucha contra una enfermedad que lleva dos meses declarada en el país, en una jornada que registró un total de 454 nuevos fallecimientos, de modo que en Italia la cifra de muertos con coronavirus asciende a más de 24.114.