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¿Qué es esa luz que brilla en lo alto de un monte? Es la luz de Roma, la «Madonnina»

Desde varias partes de Roma se ve brillar en lo alto de un monte una luz dorada, esa luz es la “Madonnina” que desde lo alto protege la ciudad eterna desde 1953.

En 1944 cuando las tropas de los EEUU desembarcaron en la ciudad de Anzio y comenzaron a avanzar por la ciudad de Roma, ocupada por las tropas alemanas, los romanos estaban realmente preocupados por un posible choque sanguinario entre las dos tropas, que podrían poner de rodillas a la entera ciudad.

Fue entonces que una vez más papa Pio XII invitó a rezar a la Virgen, para pedir la urgente protección de la ciudad y no se perdieran más vidas y hogares.

La comunidad de don Orione, movidos por el llamamiento del papa comenzaron a recoger firmas entre los ciudadanos para hacer una promesa a la Virgen. Entre las primeras firmas estaba aquella de Giovanni Battista Montini, el futuro papa Pablo VI.

Se llegó a juntar más de un millón de firmas. El 4 de junio se pronuncia un voto formal a la Virgen Salus Populi Romani y la ciudad fue salvada de una inminente catástrofe.

El 11 de junio con un emotivo discurso el papa delante de la Salus Populi Romani, agradecerá la promesa cumplida y el pueblo romano decide de colocar una imagen en honor a la Virgen.

El pueblo comenzó a juntar bronce, cobre, latón y el escultor hebreo, Arrigo Minerbi, que fue salvado de los nazis, escondido por los orionistas, se ofreció para realizar la escultura: “denme el cobre y les haré una hermosa estatua”.

Y así se construyó esta hermosa estatua de la Virgen de 9 metros apoyada en un pedestal de 18 metros, de varios materiales fundidos y cubierta de una capa de oro. Minerbi dudó en el rostro de la Madonnina, quería que sea realmente significativo, y basándose en el dicho popular “i primogeniti matrizzano” (se parece a su madre), la diseñó tomando de ejemplo de la Sábana Santa.

La Virgen desde lo alto en Monte Mario, uno de los puntos más panorámicos de la ciudad, continúa protegiendo toda la ciudad con una mano que indica al cielo y la otra que señala en bajo hacia Roma.

En el 2009 un fuerte tornado tiró del pedestal a la Madonnina, rompiéndose en varias partes. Con una cuidadosa restauración fue colocada de nuevo en su lugar el 24 de junio del 2010. Un acto que tuvo una solemne bendición concedida por papa Benedicto XVI: “María, Madre de Dios y nuestra, siempre en la cima a vuestros pensamientos y vuestros afectos, amable conforto de vuestras almas, guía segura y sostén de vuestros pasos, inspiradora persuasiva de la imitación de Jesucristo”.

Desde ese día continua bellísima y luminosa a vigilar la ciudad eterna y a toda su gente.