El cardenal Osoro bendijo un pequeño templo en la Fundación Bobath, para personas con parálisis cerebral, que surgió gracias a un encuentro casual en el santuario de Lourdes
Todo surgió durante un viaje privado organizado en 2020 por algunas de las familias de la entidad al santuario de Lourdes. «Allí se encontraron con un señor cualquiera con el que se pusieron a charlar en un momento que tuvieron de espera», explica Carla Galán, responsable de Comunicación de la entidad. Uno de los chicos, que responde al nombre de Manuel Mazón, tomó la palabra y le explicó que habían venido en peregrinación y que pertenecían a la Fundación Bobath. El joven, que tiene 20 años y que lleva toda su vida en el centro —entró con 6 meses—, le contó también un problema que le agobiaba: el año que viene acabaría su etapa escolar en el colegio de educación especial integrado en la fundación y, en teoría, le tocaría pasar al centro de día. El problema está en que el colegio cuenta con 82 plazas y en el centro de día solo hay 47, y, además, están todas cubiertas. «Hay que tener en cuenta que la mayoría de los chicos, como ocurre en el caso de Manuel, llevan toda la vida aquí. Además, son personas que no suelen llevar muy bien los cambios. Les podría trastornar muchísimo», confirma Galán. A pesar de ello, o se encontraba una solución o, por la falta de plazas, todos los alumnos del colegio se tendrían que buscar otra institución para continuar con su formación.