Pablo Cesio
Familias enteras suelen peregrinar hasta lo más alto de un cerro en una pequeña localidad del país sudamericano para venerar a la Virgen del Verdún. En 2023, con la mirada en la beatificación de monseñor Jacinto Vera
«Termo, mate y adelante», podría expresar cualquier uruguayo en la previa de un recorrido para llegar a los pies de la Virgen del Verdún. Se trata de una imagen de la Inmaculada Concepción en la cima de un cerro de más de 300 metros de altura y que fue inaugurada a comienzos del Siglo XX.
Es que al igual que el mate –junto a ese recipiente hermético que sirve para mantener caliente el agua de la típica bebida del Río de la Plata y el Cono Sur, que tiene como uno de sus máximos promotores al propio papa Francisco-, caminar hasta el Santuario Nuestra Señora del Verdún se convirtió en una emotiva tradición uruguaya.
Esto sucede con mayor fe y devoción cada 19 de abril (fecha patria en Uruguay enmarcada dentro del proceso de emancipación). Suele ser un día en que miles de peregrinos provenientes de todo el país «se ponen en marcha» hacia este santuario en la ciudad de Minas, departamento de Lavalleja. El sitio es una una pintoresca localidad inmersa en la serranía uruguaya a 120 kilómetros de la capital, Montevideo.
Agradecimientos e intenciones
Subir a la cumbre del Cerro Verdún, experiencia cargada de agradecimientos e intenciones, requiere de un esfuerzo y también valentía. Dura unos 30 minutos, dependiendo del ritmo de cada persona, a lo largo de un camino empedrado.
Pero una vez en lo más alto, todo cambia, todo se vuelve calmo y maravilloso. Llegar a los pies de la Virgen tiene su recompensa, además de la posibilidad de contemplar uno de los pasajes más bellos que ofrece el país sudamericano.
Más allá de la enorme imagen, en el lugar también es posible admirar desde el año 2015 la capilla «Madre de la Misericordia», que es presidida por una talla de «La Piedad» de tamaño casi natural, al igual que un Vía Crucis cuya última estación, la Muerte de Jesús, está representada con tres tallas donde se destaca la cruz en el centro.
Con la mirada en la beatificación de Jacinto Vera
Luego de dos años con la peregrinación afectada por la pandemia, en 2022 finalmente se pudo dar el tan ansiado reencuentro con la Virgen.
«Volvemos a tu casa, Madre. Queremos encontrarnos contigo en la nueva casa que nos has regalado a tus peregrinos en la falda de tu cerro. Los esperamos a todos, nos encontramos como hijos en el santuario nacional de la Virgen del Verdún», señalaba un video difundido por la diócesis vinculada a la Virgen del Verdún.
Pasaron los meses y en 2023 y el contexto sanitario es otro. Pero también se presenta la peregrinación a la Virgen del Verdún en medio de la alegría de la inminente beatificación (6 de mayo en el Estadio Centenario de Montevideo) del primer obispo de Uruguay, monseñor Jacinto Vera.
Precisamente, este acontecimiento histórico (la primera celebración de este tipo en territorio uruguayo) hace que la mirada a la Virgen de Verdún también tenga mucho de agradecimiento y preparación por lo que sucederá con Jacinto Vera, instancia más que especial para seguir recordando su figura.
Una de las peregrinaciones más famosas
Visitar a la Virgen del Verdún se ha transformado, desde el año 1901 hasta la fecha, en una de las peregrinaciones más famosas de Uruguay. Es un acontecimiento que congrega -generación tras generación- a familias enteras que suben al cerro para agradecerle a la Virgen o pedirle alguna cosa.
Es por todo esto que esta Virgen, junto a las caminatas cargadas de anécdotas e historias, puede ser calificada como una fiesta de la fe que moviliza a Uruguay y que tiene su punto más alto el 19 de abril. Sin dudas un auténtico «sacudón» a la indiferencia religiosa que suele estar asociada a la hora de describir al país sudamericano.