También existieron mujeres artistas que utilizaron este pasaje bíblico para demostrar su talento y ensalzar la figura de María

Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. El ángel se acercó a ella y le dijo:

—¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.

Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo.

—No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin.

Estas palabras del Evangelio de Lucas, nos recuerdan uno de los momentos clave en la historia del cristianismo. La Anunciación a la Virgen es, además, uno de los textos más hermosos de la Biblia, que ha sido inspiración para genios de todos los tiempos.  

Sandro Boticelli, Jan Van Eyck, El Greco, Leonardo da Vinci… todos ellos crearon inmortales cuadros dando su propia visión del momento. También existieron mujeres artistas que utilizaron este pasaje bíblico para demostrar su talento y ensalzar la figura de María. 

Uno de los pocos nombres femeninos de pintoras en la época del Renacimiento es el de una religiosa, Plautilla Nelli. Monja en el convento de Santa Catalina de Florencia, a pesar de vivir tras sus muros, se empapó del arte que desbordaba la ciudad del Arno. Alabada por el propio Vasari, todas sus obras estaban centradas en temas religiosos. 

Su Anunciación es un óleo sobre tabla en el que sigue las tendencias artísticas del momento, dando una sutileza a las manos de María, que mira hacia abajo mientras escucha con respeto el mensaje del Ángel. Este ofrece a la Virgen un lirio, símbolo de pureza, mientras el Espíritu Santo sobrevuela sobre las dos figuras.  

Artemisia Gentileschi fue una pintora barroca que consiguió ganarse la vida con su talento tras unos inicios duros en los que fue violada y sometida a un duro juicio social. Sus obras, llenas de fuerza y de mujeres de gran coraje, recrearon en muchas ocasiones escenas bíblicas. Su Anunciación, pintada en la primera etapa napolitana de la artista, fue su primer encargo para una pintura religiosa destinada a un altar. En concreto, fue un trabajo para la iglesia de San Juan de los Genoveses. 

Sin apenas decorado, la obra de Artemisia centra el foco en los rostros de María y del Ángel, poniendo la luz también en las blancas alas de éste y en la paloma que desciende del cielo. Un ejemplo de claroscuro, al más puro estilo barroco que aprendió tanto de su padre, Orazio Gentileschi como de Caravaggio, al que estudió en su juventud. 

A caballo entre España y Portugal, Josefa de Óbidos es una de las mejores representantes del arte de la Contrareforma que consiguió vivir de su propio talento artístico. Inspirada en la figura y el mensaje místico de Santa Teresa de Jesús, prácticamente todas sus obras fueron de temática religiosa. 

La Anunciación de Josefa de Óbidos sigue la estética barroca. Con tonos marrones y rojizos, las tres figuras principales, María, el Ángel y el Espíritu Santo, forman un triángulo conmovedor en el que, de nuevo, el lirio aparece en medio de la escena. 

Profundamente religiosa, Lavinia Fontana utilizó su arte para mostrar su fe y se convirtió en una de las principales representantes del arte de la Contrarreforma. Pintó para papas y cardenales y, además de retratar a personalidades importantes de su tiempo, representó las principales escenas Bíblicas en sus lienzos. 

En un estilo manierista, la Anunciación de Lavinia Fontana muestra un Ángel imponente, que alza el brazo señalando al Espíritu Santo, mientras ante él se postra una Virgen que parece una muchacha de la época en la que vivió la pintora.