Pablo Cesio - Aleteia Ecuador - publicado el 18/08/22
En medio del dolor por la ola de violencia que se vive en el país, la Virgen del Cisne volvió a llenar de esperanza a todos en el inicio de la tradicional romería que se había realizado por última vez en 2019
Han sido días difíciles para Ecuador, país sudamericano que sigue consternado por el atentado con explosivos que dejó cinco fallecidos y varios heridos en la zona Cristo del Consuelo de Guayaquil.
En medio del dolor y un sitio de Ecuador como Guayaquil que sufre una especie de «epidemia de violencia» gracias a bandas criminales, un hecho que volvió a colmar de alegría y esperanza a muchos fieles. Se trató del regreso de una famosa procesión como la de Virgen del Cisne en la localidad de Loja.
En efecto, luego de dos años de suspenso por la pandemia del coronavirus, donde imperó lo virtual y hasta algunas acciones especiales como sobrevuelo por la ciudad, los fieles pudieron volver a rezar con fervor a los pies de «La Churonita», como se le dice de manera coloquial a la Virgen del Cisne.
Según recuerdan medios locales como El Universo, cientos de fieles se concentraron en la basílica desde la noche del martes. Posteriormente tuvo lugar la tradicional romería luego de tres años. A primera hora de la mañana fue el obispo de la diócesis de Loja, monseñor Walter Heras, quien inició la eucaristía de despedida.
«Viva la Virgen del Cisne»
La imagen de la Virgen del Cisne dejó su santuario para comenzar su recorrido hasta la parroquia San Pedro de la Bendita. En este caso, el primero de los tramos de los tres hasta su llegada a la capital provincial este 20 de agosto.
«¡Viva la Virgen del Cisne!», «¡Viva nuestra Madre coronada!», «¡Viva la Madre de Dios!», fueron algunos de los gritos que se escucharon mientras se apreciaba a la imagen de la Virgen con un traje blanco y su sombrero de viajera, prosigue El Universo.
Por último, en cuanto a los testimonios, una vez más aquello de lo que representa esta advocación para Ecuador. Es que es un auténtico sinónimo de peregrinación en América Latina (con un recorrido durante varios días de más de 70 kilómetros).
«Venimos caminando desde El Cisne; la acompañamos y la cargamos. He venido con mi familia, con mis hermanos y mis hijos. He podido verla de cerca y estoy muy feliz», afirmó uno de los presentes de nombre Humberto Alvarado, agrega el medio local.
Una devoción con más de cuatro siglos
El nombre de esta advocación se debe gracias a la denominada «Orden de los Caballeros del Cisne», con origen en Europa, que solía construir iglesias en las cimas de las montañas en honor a la Virgen. Tutelados por los franciscanos, estos sacerdotes estuvieron vinculados a la fundación de Loja.
Se trata de una devoción con cuatro siglos de historia. Las versiones en cuanto a su origen son variadas, indica en su sitio web la propia Basílica de El Cisne.
Una de ellas tiene que ver con una aparición de la Virgen luego de una hambruna que asolaba a la región debido a una intensa sequía cuando sus habitantes habían decidido abandonar el lugar. Debido a esto, la versión indica que la Virgen pidió que se quedaran en el lugar y que su deseo era que allí se construyera una iglesia.
Con el correr de los años la devoción fue aumentando. Los indígenas levantaron un santuario en el lugar y recién en 1934 fue el construido el que se mantiene hasta estos días. Incluso, un decreto del año 1826 a manos de Simón Bolívar permitió establecer una visita de la Virgen a la ciudad de Loja, además de una feria anual para su veneración.
Es por todo esto que esta imagen seguirá cautivando los corazones de los ecuatorianos. Sin dudas, una tradición de muchos años y también polo de atracción para muchos otros que vienen de lejos, siendo la caminata de más de 70 kilómetros durante tres días. Sin dudas una de las peregrinaciones más famosas de la región.