Lauriane Vofo Kana - publicado el 15/08/21
El Museo de Oración en Familia de Massachusetts (Estados Unidos) organiza la segunda edición del jardín mariano más hermoso de este año. Una hermosa tradición por redescubrir
¿Un jardín mariano? Dicho así, tal vez no signifique nada, pero es una vieja tradición que el Museo Americano de Oración en Familia está tratando de revivir.
Estos jardines de María aparecieron por primera vez en la Edad Media en abadías y monasterios.
Se trataba de componer en torno a una representación de la Santísima Virgen un jardín con flores y plantas para honrar a la madre de Cristo.
Distintas flores adornan estos jardines dedicados a la meditación, una verdadera invitación a prolongar la oración.
Con el tiempo, las flores del jardín evolucionan. Desde el siglo XII, la rosa fue una de las más elegidas. El regreso de las Cruzadas marcó la aparición de flores hasta entonces desconocidas.
Al suscribirse a esta rica tradición, el Museo de Oración en Familia lanzó un concurso de jardinería dedicado a María.
Mucho más que recoger un premio, el objetivo es ayudar a las familias a «sembrar esperanza con María» en los hogares.
Actividad y oración
Esta excelente idea nació durante el encierro de la primavera de 2020 con el fin de «ofrecer a las familias una actividad de oración y diversión para hacer en casa».
De hecho, el Museo de la Oración en Familia depende de la Congregación de la Santa Cruz, cuyo carisma se despliega en particular ayudando a las familias a cultivar el hábito de orar juntas.
A falta de salidas y actividades, montar un jardín dedicado a María se convierte en una forma privilegiada de pasar el tiempo para todas las generaciones. Otra ventaja de la jardinería es que puede convertirse en una forma de rezar.
Es precisamente la importancia de la oración lo que los organizadores quieren destacar.
Inspirado en la figura del padre Patrick Peyton, religioso de la congregación de la Santa Cruz enamorado del rosario, el museo redobló su inventiva.
Las familias han redescubierto así la belleza de la oración, que puede ser silenciosa o muy activa.
Un pequeño o gran jardín, un espacio floral interior,… todo lo que necesitas es un poco de vegetación y referencias a María.
¡Cualquier aficionado a la jardinería tiene algo que ganar! Porque montar un jardín mariano tiene varias cualidades.
Primero, se aprende sobre la historia de las flores que llevan el nombre de la Virgen.
Exhibir tal jardín puede ser una herramienta de evangelización. Los organizadores le aseguran: “El amor y la esperanza que la actividad aporta a su familia son el verdadero premio».