Esta web usa cookies operativas propias que tienen una pura finalidad funcional y cookies de terceros (tipo analytics) que permiten conocer sus hábitos de navegación para darle mejores servicios de información. Si continuas navegando, aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración, desactivarlas u obtener más información.

Maria Paola Daud - publicado el 08/06/21

De san Efrén: "¡Acepta mi humilde oración y sálvame! Muestra en mí, que soy el más miserable, cuán grande es tu misericordia, ¡Oh esperanza mía, oh Madre de mi Señor!"

San Efrén o Efraín fue un santo Padre y Doctor de la Iglesia en el siglo IV.

Lo llamaban “el místico” o el “arpa del Espíritu”, pues también era un gran poeta y músico y solía cantar hermosas alabanzas a Nuestra Madre la Virgen María.

 

Justamente la que te presentamos aquí es una poesía hecha oración dedicada a Ella, con tanta o más confianza en su misericordia que conciencia de la propia miseria:

Oh Fuente de bondad, Abogada de los pecadores,

Puerto de los náufragos, Vida de todos,

 

no me alejes de ti porque soy pecador,

sino más bien, porque soy tal,

escucha y consuela mi oración.

¡Eres verdaderamente la más pura, oh Madre de Dios!

Concédeme la benevolencia del Divino Juez.

He pecado, y mi pecado

siempre está ante mis ojos.

Brilla en mi mente oscura y sórdida la luz suprema.

Dispersa la niebla de mis pensamientos turbados,

para que, animado por la serena y

tranquila luz de tu mirada,

pueda ofrecerme como víctima aceptable

a tu Hijo y mi Dios,

que vino al mundo para llamar a los pecadores a la penitencia.

¡Acepta mi humilde oración y sálvame!

Muestra en mí, que soy el más miserable,

cuán grande es tu misericordia,

¡Oh esperanza mía, oh Madre de mi Señor!

Ayúdenme a ser más bondadoso, tu Hijo y mi Juez,

O Tú, que eres refugio de los pecadores arrepentidos.

María, inspiración ayer, hoy y siempre

Además de san Efrén, muchos otros santos le han dedicado preciosas palabras a su Madre del cielo.