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Es tradición que cada 8 de diciembre el Papa acuda a la Plaza de España en Roma para rezar ante la estatua de la Virgen de la Inmaculada que allí se erige desde que fue inaugurada tal día como hoy de 1857 gracias al trabajo de 220 bomberos, de ahí también el vínculo de esta imagen con este cuerpo, que cada año eleva una corona de flores hasta sus brazos.

La obra está dedicada al dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX con la Constitución Apostólica Ineffabilis Deus.

En esta ocasión la Santa Sede anunció que Francisco no acudiría a la Plaza de España debido a la pandemia y así evitar concentración de personas.

Sin embargo, Francisco ha sorprendido, especialmente a los bomberos, cuando al amanecer ha aparecido en un coche de incógnito para rezar de manera privada ante la Inmaculada. No quería dejar pasar este momento. Posteriormente, ha celebrado misa en la basílica de Santa María La Mayor.

El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, ha informado que, “a las 7:00 de esta mañana, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, el Santo Padre ha ido a la Plaza de España, en Roma, para un acto de veneración en forma privada a María Inmaculada”.

Bajo la lluvia, el Pontífice ha colocado un ramo de rosas blancas en la base de la columna donde se encuentra la estatua de la Virgen María y se ha dirigido a Ella en oración, para que vele con amor sobre Roma y sus habitantes, confiándole a Ella a todos los que en esta ciudad y en el mundo están afligidos por la enfermedad y el desánimo.

Asimismo, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer que, poco antes de las 7.15 de la mañana, el Papa Francisco dejó la Plaza de España yse dirigió a Santa María La Mayor donde ha rezado ante el icono de María Salus Popoli Romani y ha celebrado la Misa en la Capilla de la Natividad. Luego regresó al Vaticano.