“A más problemas y adversidades, más ayuda necesitamos”, admite la asociación E-Cristians, que convoca a un encuentro de oración el miércoles 9 de diciembre, a las 19h, en la Basílica de la Virgen de la Merced en Barcelona. Además de patrona de presos y oprimidos y de los religiosos mercedarios que trabaja con ellos, la Virgen de la Merced es la protectora de la ciudad.
Barcelona se enfrenta, como tantas otras ciudades, al coronavirus y a una crisis económica que daña con especialmente dureza a las localidades turísticas. En su caso, se agrava con un gobierno municipal errático y muy laicista en el marco de la crisis política de toda Cataluña.
La asociación católica, que ha cumplido 20 años durante este año de pandemia, propone que este encuentro para orar específicamente por Barcelona y sus dificultades se celebre cada segundo miércoles de mes a la misma hora y en el mismo lugar, empezando por este miércoles. “Virgen de la Mercè, intercesora nuestra, líbranos de los dolores de la pandemia”, es la súplica que E-Cristians difunde.
Protectora de oprimidos y vencedora de plagas y enfermedades
El 24 de septiembre de 1218 tuvo lugar una de las más influyentes apariciones de la Virgen, cuando la Virgen de la Merced se apareció simultáneamente al rey Jaime I, a San Pedro Nolasco (mercader) y San Ramón de Peñafort (clérigo y jurista dominico) y les encomendó que instituyesen una orden religiosa para rescatar a los cristianos presos en territorio musulmán. Pasados 8 siglos, los religiosos mercedarios son unos 750 sirviendo a los presos y pobres de numerosos países en los 5 continentes.
En 1687, Barcelona fue atacada por una plaga terrible de langostas y el pueblo invocó la protección a la Virgen de la Mercè. Cuando las langostas marcharon, el pueblo la proclamó patrona de la diócesis, aunque no lo fue de manera oficial hasta que lo aprobó en 1868 el papa Pío IX.
La Virgen de la Mercè también actuó contra la peste amarilla de 1821, episodio documentado recientemente con unas investigaciones en el Archivo Diocesano de Barcelona. La fiebre amarilla llegó a través de un barco mercante... probablemente de tráfico de esclavos (tema de esencial interés para esta advocación). El barco se llamaba “El gran Turco”. Se observó que las primeras víctimas fueron una docena de marineros y “mozos de cuerda” que accedieron a dicho barco. Barcelona se encomendó a la Virgen y la peste remitió.
Hay que constatar que desde que Ada Colau gobierna la ciudad se acumulan las faltas de aprecio del consistorio a la Virgen protectora de Barcelona. La alcaldesa de izquierda populista y que presume de bisexual no acude nunca a las misas de la Merced, esconde la misa de la Merced en los folletos con las celebraciones municipales para sus fiestas y difunde siempre carteles y logotipos de "la Mercè" sin ninguna alusión a su origen mariano.
Además, cada año escandaliza a la población con belenes que minimizan o difuminan a la Sagrada Familia y este mismo año ha dec