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Su historia es abundante en hechos curiosos y sorprendentes.

Fray Nelson Novoa Jiménez, prior conventual y rector del santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, sostiene que «son numerosos los milagros» atribuidos a lo largo de los siglos a la Virgen pintada en un rústico lienzo hacia 1562 y renovada sin intervención humana en 1586.

Sin embargo, considera que el milagro más sorprendente es la transformación espiritual de quienes oran con fe ante la imagen venerada en la basílica de Chiquinquirá, una población ubicada en Boyacá, al centro de Colombia. Su percepción sobre ese cambio en la vida de los peregrinos es elocuente: «Lo sucedido hace más de 450 años es lo mismo que Dios, a través de María, quiere hacer en la vida de quienes sufren o viven en la desesperanza, es decir, desea renovarnos como un lienzo roto y eso sucede con miles de fieles que asisten al santuario».

La historia de la imagen y sus «numerosos milagros» ―recopilada por los frailes dominicos, guardianes de la Virgen― está plagada de anécdotas y acontecimientos admirables. Para empezar el año jubilar previo a la celebración de los 100 años de su coronación, Aleteia recopiló catorce hechos sobresalientes.