Mientras el mundo gira
Leo en el Catholic Herald que la famosa Columna Mariana de Praga ha vuelto a la Plaza de la Ciudad Vieja un siglo después de haber sido destruida por una turba.
La estatua que se ha recuperado es una réplica de la original estatua barroca obra del escultor Peter Váňa. La estatua original había sido construida en 1652y respondía a una petición de los católicos de la ciudad al Emperador Fernando III Habsburgo, que querían que Praga tuviera una estatua mariana para celebrar la intercesión de la Virgen María en el fin de la Guerra de los Treinta Años que se calcula que provocó la muerta de alrededor de 8 millones de personas.
La estatua quedó asociada con los Habsburgo y cuando, durante la Primera Guerra Mundial, muchos checos y eslovacos formaron la Legión Checoslovaca y se pasaron a los Aliados, erigieron una estatua “rival” en el extremo opuesto de la Plaza de la Ciudad Vieja: el monumento a Jan Hus obra de Ladislav Saloun.
Luego, en 1918, sólo unos días después del fin del Imperio Austrohúngaro y el inicio del estado checoslovaco independiente, una turba de nacionalistas checos y socialistas, liderados por el escritor anarquista Frantisek Sauer, derribaron la Columna Mariana (parece ser que poco antes de su muerte, en 1947, Sauer habría expresado su arrepentimiento por su actuación). El caso es que en 1990, poco después de la liberación del comunismo, se formó la Sociedad para la Restauración de la Columna Mariana, que consiguió muchos apoyos pero también detractores, tanto entre protestantes como entre ateos contrarios a la erección de una estatua con un contenido explícitamente católico.