“En Fátima ocurrió una intervención divina a través del rostro materno de María que dio un mensaje de parte de Dios para la humanidad del siglo XX, un mensaje que es una palabra profética en sí mismo”.
Era el 13 de mayo de 1917. Los protagonistas son tres niños. Lucía de Jesús, más tarde religiosa del Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, Francisco y Jacinta Marto, tres pequeños pastores que cuidaban un rebaño en Cova da Iría, hoy diócesis de Leiría-Fátima.
Alrededor del mediodía, vieron una luz brillante; pensando que era un relámpago y decidieron marcharse, pero más abajo otro relámpago iluminó el espacio y vieron encima de una pequeña encina, donde se encuentra ahora la Capilla de las Apariciones, una “Señora más brillante que el sol”; que de sus manos pendía un rosario blanco.
Aquella brillante Señora dijo a los niños que era necesario rezar mucho y los invitó a volver a Cova da Iría durante otros cinco meses consecutivos, en los días 13 a la misma hora.
“Estas apariciones fueron preparadas por las apariciones de Anjo da Paz (ángel de la paz), como decía la hermana Lucía, preparó a los niños a entrar en el misterio de Dios y después comprenderían que de parte de Dios venía un mensaje encomendado a ellos”.
En la última aparición del 13 de octubre, estando presentes cerca de 70.000 personas, la Virgen les dijo que era la “Señora del Rosario” y que hicieran allí una Capilla en su honor.
En seguida, un fenómeno en el cielo convenció a los presentes del milagro prometido pues al sol, pareciéndose a un “disco” de plata, se le podía mirar sin dificultad alguna y giraba sobre sí mismo como si fuese una rueda de fuego que fuera a precipitarse sobre la tierra.
“El mensaje tiene muchos aspectos, pero ella sintetizó aquello que comúnmente es conocido como el secreto de Fátima”.
Según el obispo Marto el mensaje de Fátima tiene tres aspectos: la visión del infierno como advertencia a la humanidad de sacudir las conciencias, la devoción al inmaculado corazón de María, y la presencia de sufrimientos, persecuciones y martirios en la Iglesia.
“Es un mensaje de esperanza y perseverancia en medio de las dificultades en el mundo. De acuerdo al Documento oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Sor Lucía tenía claro que “el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad. Todo el resto era sólo para conducir a esto”. (Comentario teológico al tercer “secreto” de Fátima).
El 13 de octubre de1930 el obispo de Leiría declaró dignas de fe las apariciones y autorizó el culto de Nuestra Señora de Fátima.
El 28 de abril de 1919 se inició la Construcción de la Capilla de las Apariciones.
Este santuario también atrae a personas de otros credos. En el mundo islámico, por ejemplo, Fátima es la hija de Mahoma, de la cual el profeta escribe: “Tú serás la más bendita entre todas las mujeres del paraíso, después de María”.
Algunas interpretaciones aseguran que María escogió ser conocida como Nuestra Señora de Fátima para dar esperanza al pueblo musulmán, que ocupó los territorios de Portugal durante siglos.
Fue también un 13 de mayo de 1981 cuando Mehmet Ali Ağca atentó contra Juan Pablo II en Roma. El Papa ofreció la bala que le traspasó el cuerpo en señal de agradecimiento a la Virgen por salvarle la vida.
La beatificación de dos videntes de Fátima, Francisco y Jacinta Marto tuvo lugar el 13 de mayo de 2000 en Fátima. El papa Benedicto XVI autorizó abreviar el plazo canónico para el inicio de las diligencias para la apertura del proceso de beatificación de Lucía de Jesús, que tomó el nombre hermana Maria Lucia del Corazón Inmaculado.
El papa Francisco canonizó en mayo de 2017 a los dos pastorcitos videntes Francisco y Jacinta en el Santuario de Fátima.
Oración
“Oh, Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra,
Reina del Rosario, dulce Virgen de Fátima
me consagro a tu Inmaculado Corazón
para estar plenamente disponible y consagrado al Señor.
Acepta por favor, tenerme bajo tu protección maternal,
defenderme contra los peligros,
ayudarme a vencer las tentaciones, a huir de los pecados,
y te suplico que veles de la pureza de mi cuerpo y de mi alma.Que tu Inmaculado Corazón sea mi refugio
y el camino que conduce a Dios.
Dame la gracia de rezar y sacrificarme por el amor de Jesús,
por la conversión de los pecadores
y en reparación de los pecados cometidos en contra de tu Inmaculado Corazón.Confiando en ti y en unión con el Corazón de tu Divino Hijo,
quiero vivir para la Santísima Trinidad
en quien creo, adoro, espero y amo.
Que así sea”.