La consagración a la Santísima Madre nos recuerda la estrecha conexión que tiene María con Jesús y cómo ella atesoraba todo lo que veía “en su corazón” (cf. Lucas 2, 19 y 51).
María y Jesús, siempre juntos
El Papa Benedicto XVI reflexionó sobre este profundo misterio durante la fiesta del Sagrado Corazón de María, en que dijo:
“El corazón que más se asemeja al de Cristo es, sin duda alguna, el corazón de María, su Madre inmaculada, y precisamente por eso la liturgia los propone juntos a nuestra veneración”.
La consagración mariana es una manifestación externa que expresa nuestro deseo interior de seguir la voluntad de Dios y unir nuestro corazón con el Suyo.
Preparación
33 Días hacia un glorioso amanecer. Este libro escrito por el padre Michael Gaitley te guiará durante lecturas de cinco minutos para preparar tu corazón para la consagración al Inmaculado Corazón de María. Basado en los escritos de san Luis de Montfort y está simplificado para que todo el mundo pueda participar.
Verdadera Devoción a la Santísima Virgen y Preparación para la Consagración Total. San Luis María de Montfort es considerado el principal promotor de lo que él denomina “Consagración Total a Jesús a través de María”.
Se trata del enfoque tradicional utilizado por muchos otros desde la muerte del santo. Estas obras incluyen numerosas oraciones, letanías y lecturas necesarias para la preparación de la Consagración Total.
Consecration.com (inglés). Un sitio web elaborado por la Milicia de la Inmaculada, una asociación internacional de fieles erigida por la Santa Sede; es un gran recurso para la consagración total a la María Inmaculada, eje central de la espiritualidad de san Maximiliano Kolbe.
Oraciones de Consagración
Después de haberte preparado junto con tu familia para la consagración. Aquí dispones de algunas oraciones que podrías usar. Opcionalmente, delante de una imagen de María.
Consagración familiar a María siguiendo el espíritu de san Maximiliano Kolbe
Oh Inmaculada, Reina de los Cielos y de la tierra,
vida, dulzura y esperanza nuestra, en este día nosotros, la familia (apellidos de la familia), venimos ante ti para consagrarnos como posesión y propiedad tuyas.
Alabamos a Dios por habernos reunido para entregarnos a ti, Madre nuestra,
porque confiamos en las palabras de Jesús en la Cruz. “¡He ahí a tu Madre!”.Te necesitamos, María, Madre de Dios,
para ayudarnos a ser una verdadera familia católica.
Sé parte de nuestra vida familiar.
Repítenos las palabras que pronunciaste en Caná: “Haced lo que Él os diga”.Ayúdanos a ignorar las faltas ajenas,
a perdonar como Jesús nos perdonó
y a amar al prójimo como Nuestro Señor nos pidió que amáramos.Por favor, usa a nuestra familia para aplastar la cabeza de la serpiente.
Pide a tu Esposo, san José, Protector de la Iglesia universal,
que nos tenga en corazón y mente junto al Vicario de tu Hijo, el Papa __________.
Hoy te conviertes en Reina de nuestros corazones y nuestro hogar.
Que nuestro hogar sea una “Ciudad de la Inmaculada”,
donde reine el Sagrado Corazón de Jesús para siempre.
Amén.
Consagración a María Inmaculada de san Maximiliano Kolbe
Oh Inmaculada, Reina del Cielo y de la tierra,
refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima,
a quien Dios confió la economía de la misericordia.
Yo....... pecador indigno, me postro ante ti,
suplicando que aceptes todo mi ser como cosa y posesión tuya.A ti, oh Madre, ofrezco todas las dificultades de mi alma y mi cuerpo,
toda la vida, muerte y eternidad.
Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva,
para cumplir lo que de ti ha sido dicho:
"Ella te aplastará la cabeza" y "Tú has derrotado todas las herejías en el mundo".
Haz que en tus manos purísimas y misericordiosas
me convierta en instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria
en tantas almas tibias e indiferentes, y de este modo,
aumente en cuanto sea posible el bienaventurado Reino del Sagrado Corazón de Jesús.Donde tú entras, oh Inmaculada, obtienes la gracia de la conversión y la santificación,
ya que toda gracia que fluye del Corazón de Jesús para nosotros,
nos llega a través de tus manos.Ayúdame a alabarte, oh, Virgen Santa
y dame fuerza contra tus enemigos.