En el portal Desde La Fe, de la arquidiócesis de México, suelen recordar cada año los elementos clave de la devoción y espiritualidad del Inmaculado Corazón de María, que este año de 2024 se celebra el sábado 8 de junio (aunque la Iglesia también le dedica todo el mes de agosto).
El Corazón de María es mencionado explícitamente en la Biblia en dos ocasiones en el Evangelio de Lucas:
– Lucas 2, 19: cuando vinieron los pastores y los reyes, «María guardaba todo esto en su corazón y lo tenía muy presente»,
– Lucas 2, 51: cuando Jesús adolescente cuenta lo que hizo en el Templo, «su madre guardaba todo esto en su corazón«.
Que el Corazón de María no tiene pecado se deriva de la frase del arcángel Gabriel que llama a María «rebosante de gracia» o «repleta de gracia» (kejaritomene, en griego, en Lucas 1,28).
Está tan lleno de gracia de Dios su corazón que no deja espacio alguno al pecado: es un corazón Inmaculado, sin mancha o mácula del mal en él. Por eso la Iglesia Católica, con el Papa Pío IX en 1854, definió que fue concebida sin pecado original.
Cuando el anciano Simeón dijo a la Virgen que una espada traspasaría su alma (Lucas 2, 35), la tradición y el arte cristiano lo recogió con los 7 dolores o puñales que golpean al corazón de María con angustia:
1. Escuchar la profecía de Simeón,
2. Huir a Egipto,
3. Perder a Jesús en el templo,
4. Ver a Jesús camino del Calvario,
5. Ver a Jesús crucificado,
6. Recibir el cuerpo muerto de Jesús,
7. Enterrar a Jesús.
Hablar del Corazón Inmaculado de María incluye recordar que es un corazón que ama y ha sufrido esos dolores.
Esta devoción nos acerca a la vida interior de la Virgen y abarca sus virtudes, gozos y tristezas.
Grandes santos que exploran el Corazón de María
En la Antigüedad: en el siglo III San Gregorio Taumaturgo, uno de los Padres de la Iglesia, mencionaba esta devoción al Corazón de María; también Teodoro de Anciraen el siglo V.
En el siglo XVI, el sacerdote francés San Juan Eudes escribió los primeros estudios teológicos sobre el Corazón de María y fundó algunas congregaciones que llevaban su nombre. «Bienaventurada eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al Creador del mundo, pero mucho más lo eres porque lo llevaste primero en tu Corazón», escribió.
En el siglo XIX, San Antonio María Claret fundó en 1849 los misioneros del Inmaculado Corazón de María (claretianos) y las Religiosas de María Inmaculada. En 1862, en Bélgica, Teófilo Verbista fundó la Congregación del Inmaculado Corazón de María. Estas congregaciones difundieron la devoción al Inmaculado Corazón por el mundo.
La mística y beata portuguesa Alejandrina de Balazar (1904-1955), entre 1936 y 1941, tuvo revelaciones privadas de Cristo en las que pedía la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, y el Papa Pío XII realizó una consagración el 31 de octubre de 1942 que fue transmitida por Radio Vaticana, y que luego fue renovada en Roma el 8 de diciembre de aquél año. También San Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón el 25 de marzo de 1984, meses después del atentado del 13 de mayo en la plaza de San Pedro.
En México, el sacerdote San José María Robles (1888-1927) era llamado por sus amigos «el loco de los Sagrados Corazones» por su devoción; fue martirizado un 25 de junio de 1928, día del Inmaculado Corazón Inmaculado de María.
Fátima y el Corazón Inmaculado
En 1917, durante las apariciones de la Virgen María en Fátima a los tres pastorcitos, Ella pidió la consagración del mundo a su Inmaculado Corazón, la difusión de esta devoción y el rezo del Santo Rosario.
La Virgen en Fátima pidió desagraviar su Inmaculado Corazón por las ofensas e ingratitudes que recibe estableciendo la devoción de los 5 primeros sábados de mes. Pedía que durante 5 meses seguidos nos confesemos, comulguemos, recemos el Rosario y la acompañemos 15 minutos meditando los Misterios del Rosario. A quien haga esto le prometió poner a su disposición, a la hora de su muerte, las gracias necesarias para su salvación.
Según explicó Jesús en unas apariciones a Sor Lucia de Fátima, esos cinco sábados de oración reparaban estas 5 ofensas:
– No creer que fue concebida sin pecado.
– No creer que es siempre Virgen.
– No creer que es Madre de Dios y Madre nuestra
– Despreciar y enseñar a los niños a despreciarla y odiarla.
– Insultar y destruir sus imágenes.
En una de las apariciones de Fátima, María aseguró que al final su Inmaculado Corazón triunfará. Ella es una Madre fuerte, dispuesta a defender a sus hijos del mal, arroparlos con su manto y llevarlos al Cielo.
(Artículo publicado originalmente en el portal mariano Cari Filii).