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Redacción de Aleteia - publicado el 15/11/23

María conoce tus necesidades, heridas, penas, miserias y esperanzas: no hay nada que no pueda alcanzar de su Hijo Jesús. ¡Confía en Ella

«María conoce todas nuestras necesidades, heridas, penas, miserias y esperanzas. Se interesa por cada uno de sus hijos, reza por cada uno tan ardientemente como si no tuviera otro». (Sierva de Dios, Madre María José de Jesús).

Nuestra Madre santísima sufrió con su Sagrada Familia las penas del exilio. Salir de su tierra por la persecución no fue nada fácil, por eso entiende y escucha las súplicas de quienes acuden a Ella con fe y amor. Acojámonos a su protección maternal.

Oración

Nuestra Señora del Exilio, Madre de Dios y nuestra, que sufriste la angustia y la incertidumbre de la huida y el exilio en el lejano y desconocido Egipto, llevando contigo al Hijo amenazado de muerte por Herodes, escucha nuestra súplica.

Aquí estamos, confiados en tu amor de Madre bondadosa y comprensiva. A ti, que estás ya en la patria definitiva, te pedimos protección para nosotros, peregrinos en este mundo, camino del encuentro con el Padre en el reino celestial.

Pedimos tu intercesión por todas las familias que buscan la comodidad de un hogar, la seguridad del trabajo y el pan de cada día. Bendice este lugar y a este pueblo que confía en ti. 

Intercede por los que sufren, da salud a los enfermos, reanima a los abatidos, devuelve la esperanza a los desamparados de esta tierra.

Acompaña a los emigrantes, a los refugiados y a todos los que están lejos de su patria y de su familia.

Apoya a los niños, da vigor a los jóvenes, bendice a las familias, anima a los ancianos.

Danos fuerza para construir una Iglesia viva y santa y para trabajar por un mundo justo y fraterno. Y después de nuestro viaje por el mundo, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu frente. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Señora nuestra, ruega por nosotros.

Amén.