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A la vera del río Paraná, en la frontera entre las ciudades de Encarnación (Paraguay) y Posadas (Argentina), se sitúa un maravillo santuario construido en honor a la Virgen María cuya advocación emergió de la fe de los navegantes que pasaban por la zona

A este lugar de paz y oración se lo conoce como el Santuario de la Virgen de Itacuá (entre las piedras traducido del Guaraní) y su solemnidad de celebra cada 8 de diciembre en coincidencia con la con la Inmaculada Concepción de María.

El santuario se ubica a solo 9 kilómetros de la Ciudad de Encarnación, departamento de Itapúa, al sur de Paraguay. La imagen principal de la Virgen está ubicada sobre una cúspide rocosa y mirando hacia el caudaloso e incidentado río Paraná.

El templo principal del Santuario de Itacuá está edificado en forma de una embarcación. A ambos costados hay escalinatas de piedra que llevan hasta la gruta de la Virgen situada a orillas del río Paraná y se rodea de grandes rocas.

Indígenas se encomendaban a la Virgen

Monseñor Claudio Silvero, quien fue uno de los impulsores de la construcción del santuario, explicó a Aleteia que existe una larga historia detrás de esta advocación.

Como parte de la serie de hechos que dieron origen de la advocación debemos remontarnos al año 1615, cuando San Roque González de Santa Cruz, sacerdote misionero jesuita, fundó la ciudad de Encarnación.

Los indígenas guaraníes conversos, acostumbraban reunirse en Itacuá para leer el evangelio. Durante una de esas reuniones, un jesuita trae en sus manos un cuadro de la Inmaculada y los nativos quedaron sorprendidos. Según el relato histórico, los nativos exclamaron: «¡La mujer del rostro bello ya andaba por aquí!»

Asimismo, se señala que los durante el año 1.900, los navegantes que andaban por el río Paraná, cuando pasaban por la zona donde hoy está el santuario, se encomendaban a la Virgen María ya que en este lugar existía una fuerte corriente a la que se sumaban las rocas basálticas que estaban escondidas bajo el agua.

Las embarcaciones que pasaban por el lugar, acostumbraban a hacer tres pitidos como saludo y oración a la Virgen. Algunos navegantes aseguraban que de un pequeño cerro de rocas formado a la orilla del río solía emerger una mujer que los saludaba y esta había veces que tenía a un bebé en mano.  Los pobladores creían que era la propia Virgen quien se les aparecía.

Un templo con forma de barco

La costumbre de encomendarse a la Virgen y llegar sano a su puerto, hizo que uno de los navegantes descienda hasta las rocas y coloque una imagen de María, la cual hoy está ubicada dentro del templo.

Según explicó Silvero, en el año 2003 fue inaugurado en el sitio un templo que fue edificado en forma de barco que justamente hace alusión a la historia detrás de esta advocación. El predio fue construido por iniciativa de la comunidad y del monseñor Claudio Silvero, con el apoyo financiero de la Entidad Binacional Yacyretá.

Desde hace décadas, cientos de fieles peregrinas hasta el Santuario de Itacuá, para rendir honor a la que bautizaron como La Virgen de los Pobres.  Desde su creación este maravilloso sitio se ha convertido en un lugar de paz y oración. Además, miles de turistas y fieles llegan hasta el sitio cada año. 

Encarnación es una cuidad con una gran influencia religiosa desde su fundación. Tanto en los departamentos de Itapúa como Misiones, existen varios vestigios de la presencia de los jesuitas en Paraguay.

La Virgen de Itacuá

La Virgen de Itacuá, es una de las advocaciones marianas más importantes de la región llamada también «Virgen de los pobres». Cuenta con un santuario ubicado a 9 km del casco urbano de la ciudad de Encarnación.

A ambos costados del santuario hay escalinatas que conducen a una gruta que da al río Paraná. Ahí se venera una imagen de la Virgen de Itacuá.

Tiene un santuario en la que hay una gruta que contiene la imagen de la Virgen de Itacuá. Está ubicado a 9 km del casco urbano de la ciudad de Encarnación.

Historia

Según cuentan, la Virgen se le aparecía a las personas cuando cruzaban por el lugar, para ayudarles a no chocar con las rocas del lecho del río, que son muchas en esa parte del río y que constituían un peligro para la seguridad de los barcos.

A principios del siglo XX, mediante gestiones de misioneros del Verbo Divino se instaló en la gruta una pequeña imagen de la Virgen. La misma fue traída desde Europa. Gracias a esto, la costumbre de peregrinar hasta el lugar cobró fuerza.

La fecha en que se celebra la llegada de la Virgen de Itacuá es el 8 de diciembre (coincidiendo con la Inmaculada Concepción de María, al igual que otras encarnaciones de la misma como ser la Virgen de Caacupé en Paraguay). Ese día suele convocar a miles de feligreses para el comienzo de la solemne misa que se celebra en el santuario.

A diario decenas —o inclusive cientos— de personas llegan al santuario para orar, cumplir promesas o simplemente por motivos turísticos.

Ubicación

El santuario se encuentra en la saliente de tierra llamada «Punta Itacuá», ubicada a 9 kilómetros al sudeste del casco histórico de la ciudad de Encarnación. Además en las cercanías se encuentra el Museo de Itacuá, muy conocido en la región, por contener valiosos objetos de tiempos del presidente Carlos Antonio López y de los jesuitas.