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El papa Ratzinger rezó para que, por la intercesión maternal de María, el amor reine victorioso en el mundo

A veces es tentador ver todo el dolor del mundo y sentir cierta desesperanza, pensar que nada cambiará jamás.

Sin embargo, la Iglesia siempre nos recuerda que hay esperanza y que Dios no nos abandona.

En 2008, el papa Benedicto XVI rezó la siguiente oración, mirando a María Inmaculada en busca de esperanza, orando para que ella intercediera por nosotros y que el amor reinara victorioso.

Oración

Oh Madre Inmaculada,
que eres signo de esperanza y consuelo para todos,
ayúdanos a dejarnos atraer por tu pureza inmaculada.
Tu belleza Tota Pulchra, como cantamos hoy,
nos asegura que la victoria del amor es posible; de hecho, que es cierta.
Nos asegura que la gracia es más fuerte que el pecado
y que, por lo tanto, es posible la redención de cualquier forma de esclavitud.

Sí, oh María, ayúdanos a creer con mayor confianza en el bien,
a apostar por la gratuidad, por el servicio, por la no violencia,
por el poder de la verdad.

 

Anímanos a estar alerta, a no caer en la tentación de las evasivas fáciles,
a afrontar la realidad y sus problemas con valentía y responsabilidad.
Eso hiciste tú, una joven llamada a jugárselo todo por la Palabra del Señor.

Sé madre amorosa para nuestros jóvenes,
para que tengan la valentía de ser «centinelas de la aurora»,
y da esta virtud a todos los cristianos
para que sean el corazón del mundo en este difícil período de la historia…
¡Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, Salus Populi Romani, 
ruega por nosotros!