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Claudia Soberón - publicado el 28/09/22

Un lugar único y especial que te envuelve mientras te adentras en él, ubicado en el corazón del paraíso caribeño

¿Has soñado con pasar tus vacaciones en el paraíso del Caribe? Pues si tienes la oportunidad, no dejes de ir a Cancún. Un verdadero paraíso caribeño. No me refiero a los mojitos, margaritas, fiestas y el merecido descanso, o a sus famosas playas y deliciosos atardeceres, sino porque en Cancún se esconde un tesoro. Un verdadero oasis natural y espiritual en el Polígono Sur de la ciudad.

Un paraje natural y espiritual

Se trata del Santuario de La Virgen que Desatanudos. El primer santuario en México dedicado a esta Virgen. Un lugar único y especial que te envuelve mientras te adentras en él, ubicado en el corazón del Caribe.

Al entrar, tu mirada se pierde en todas direcciones al verse rodeada de tanta belleza natural. Diversas frases grabadas en madera – que apelan a la espiritualidad más esencial y viva – te van acompañando por todo el santuario -, sus robustos árboles y el silencio te abraza y acoge. El olor a selva y humedad fresca conducen a un viaje francamente único.

Fue creado hace 6 años con el apoyo de una familia de fe y ahora recibe a miles de peregrinos, creyentes y no creyentes, de la mano del padre Luis Pablo que te hace sentir con su acogida, el verdadero sentido del santuario.

Capillas y cintas blancas

El santuario tiene varias capillas con dedicaciones diversas; una principal con la imagen de Nuestra Señora que Desatanudos, en la que se celebran misas, bautizos, bodas y primeras comuniones. Además están las dedicadas a la Virgen de Guadalupe, la Sábana Santa, Nuestro Señor de la Misericordia – con vitrales inspirados en el arte de Gaudì -, el Ángel de la Guarda, entre otras muy hermosas.

También, hay un lugar para que las personas tomen una cinta y escriban sus peticiones a la Virgen que luego colocarán a lo largo del santuario en los espacios reservados para colgar las cintas y ponerlas a los pies de la Virgen.

El blanco de los pasillos naturales del Santuario, donde se encuentran las cintas blancas que la gente ha ido dejando a lo largo de los años, el verde de la naturaleza y el marrón de la madera, simula el cielo; te ves rodeado de silencio, donde contemplar se vuelve tan natural como respirar. Ahí está Dios, ahí está tu Madre, ahí estás tú. ¡Nada te puede faltar! 

Café y fe

Para quien así lo desee, hay una cafetería que invita a charlas serenas y por qué no a un encuentro fraterno para hablar de fe, como su propio nombre lo indica.

Un lugar de acogida

El santuario no es solo estética, lo que se respira es oración, fe, esperanza y paz. Miles de personas se acercan a este lugar en busca de consuelo y Nuestra Señora realmente se hace presente.

Las palabras se quedan cortas para describir esta auténtico lugar de oración y devoción. Así que ya sabes, si estás en Cancún, date la oportunidad de ir a visitar a Nuestra Señora, ella te espera para abrazarte, aliviar tus pesos y hacer de tu tiempo de vacaciones, una oportunidad de sanación y de belleza.