Rézala a María ante una dificultad: "Sé que Tú eres el trono de la misericordia divina. En Ti pongo toda mi esperanza"

La Virgen de la Lámpara es un antiguo fresco del siglo XIII de Nuestra Madre que se encontraba en un nicho en la isla Tiberina de Roma.

Era conocida popularmente como “Santa Maria Cantu Fluminis”.

Los romanos del lugar le habían colocado una lámpara de aceite que mantenían siempre encendida, para demostrar su amor a la Madre de la Luz del mundo.

El 14 de enero de 1557, hubo una gran crecida del río Tíber, que dejó la imagen completamente sumergida en las aguas durante varios días.

Cuando las aguas bajaron, la pintura estaba más fresca que antes y la lámpara de aceite, que ardía delante de  ella nunca se apagó.

Desde entonces el pueblo la llamó la Virgen de la Lámpara y esta es la oración dedicada a ella pidiendo superar una dificultad.

Desde el profundo abismo de mis miserias clamo a Ti:
Oh Señora y Madre, acepta mi oración.
Inclina tu oído para acoger el gemido de mi rezo.
Si quisieras contemplar mi indignidad, ¿quién podría salir ileso de tu examen?

En cambio sé que Tú eres el trono de la misericordia divina.
En Ti pongo toda mi esperanza;
en Ti he esperado desde mi infancia;
y hasta el atardecer de mi vida esperaré en Ti.
¿No es verdad que Dios te ha elegido como su Madre,
para que seas Madre también de los pobres pecadores?
¿No os saludó Gabriel llena de gracia
para que vuestra plenitud nos quitara la inmensa desgracia de ser hijos de Eva?

Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, oh María;
Ten piedad de tu pueblo, de tu Iglesia, de las naciones, de las familias,
de las almas redimidas por la Sangre de tu Hijo.
Conviértenos a Él, oh Señora, y nos convertiremos;
renueva una vez más en el mundo los triunfos de tu maternal misericordia.

Amén.

Fuente: papaboys.org