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Vatican News - publicado el 08/09/16

"Siempre dispuesta y solícita, haz que sepamos siempre crecer todos"

El papa Juan Pablo II celebró la alegre fiesta del nacimiento de la Virgen María en la ciudad italiana de Frascati el 8 de septiembre de 1980. Ese día rezó la siguiente oración, con la que los cristianos pueden honrar a su Madre en el día de su cumpleaños:

¡Oh Virgen naciente,

esperanza y aurora de salvación para todo el mundo,
vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros,
reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias!

¡Oh Virgen fiel,

que siempre estuviste dispuesta y fuiste solícita
para acoger, conservar y meditar la Palabra de Dios,
haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia,
sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana,
tesoro precioso que nos han transmitido nuestros padres!

 

¡Oh Virgen potente,

que con tu pie aplastaste la cabeza de la serpiente tentadora,
haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales,
con las cuales hemos renunciado a Satanás, a sus obras y a sus seducciones,
y que sepamos dar en el mundo un testimonio alegre de esperanza cristiana!

¡Oh Virgen clemente,

que abriste siempre tu corazón materno a las invocaciones de la humanidad,
a veces dividida por el desamor y también, desgraciadamente, por el odio y por la guerra,
haz que sepamos siempre crecer todos,
según la enseñanza de tu Hijo, en la unidad y en la paz,
para ser dignos hijos del único Padre celestial!

Amén.

(Misa en Frascati, 8 de septiembre de 1980)

Artículo originalmente publicado por vatican.va