Ingrid Saavedra T. - Aleteia Chile - publicado el 12/11/21
Desde el 8 de noviembre y hasta el 8 de diciembre, los católicos comenzaron a ofrendar flores a María para celebrar su mes, tal como se hace desde 1854, tradición iniciada por el obispo auxiliar de Santiago de aquel entonces, Joaquín Larraín Gandarillas, en el seminario conciliar de los Ángeles Custodios
En ese tiempo, se inició también el rito de preparación con la conocida oración escrita por el sacerdote Rafael Vergara Antúnez, la misma que rezamos hoy y que forma parte central del manual “Mes de María Inmaculada”.
«Esta tradición de celebrar a María durante un mes continuó en el tiempo, incluso hay un hecho histórico que da cuenta de la importancia que ha tenido esta tradición desde su inicio. El 8 de diciembre de 1863, se produjo un incendio en la iglesia de la Compañía de Jesús que costó la vida de más de dos mil fieles, lo cual da cuenta de la gran cantidad de personas que participaban ya de esta costumbre”, relata el padre Carlos Cox, director de la Comisión Nacional de Santuarios y Piedad Popular de la Conferencia Episcopal de Chile.
Con flores a María
Hay otro aspecto que se suma para entender por qué los chilenos cambiaron la tradición de celebrar a María en mayo, tal como se realiza en el hemisferio norte. Esto se relaciona con la primavera y importancia de tener flores, algo esencial según reza la oración: «¡Oh María!, durante el bello mes que te está consagrado, todo resuena con tu nombre y alabanza….. Para honrarte, hemos esparcido frescas flores a tus pies y adornado tu frente con guirnaldas y coronas….Hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan…Sí, los lirios que Tú nos pides son la inocencia de nuestros corazones….”.
Sobre esto, Cox agrega que “se suma la característica de la oración, la que sigue viva por más de 160 años, tiene un regalo muy grande: toma la expresión tan natural y bonita de llevarle flores a la Virgen; y transforma ese signo en un estilo de vida. Es la línea fundamental de la experiencia religiosa”.
Vivir la experiencia mariana
“La presencia de María es fundamental, nos ayuda a hacer vital la experiencia del encuentro con Cristo, ella estuvo durante todo el camino junto a él, es la persona más cercana y la colaboradora más fuerte que tuvo Jesús. La peregrinación a ‘Lo Vásquez’ (diócesis de Valparaíso) el 8 de diciembre, logra reunir más de un millón de personas cada año, sin publicidad, marketing, ni auspiciadores, nada de eso, solo por la devoción, la Virgen tiene esa capacidad de convocarnos”, afirma Cox.
Cox ha organizado el Mes de María por casi 10 años y relata el impacto que ha tenido la pandemia en este rito. “El 2020 tuvimos que realizar el Mes de María de manera virtual, para lo cual contamos con el apoyo de la Pastoral de la Universidad Católica. Este año cuando nos reunimos para organizarla, de inmediato nos pidieron contar con los textos que acompañan el Mes, en un principio imprimimos mil ejemplares para probar, lo que se hizo poco y tuvimos que imprimir cuatro mil en total. Esa es la fuerza del Mes”, enfatiza.
Si no puedes venir a mí, yo voy a ti
La pandemia afectó mucho la piedad popular, pero al mismo tiempo creó nuevas dinámicas. “Otro aprendizaje de lo vivido en tiempos de coronavirus es que tenemos que trabajar como pasar de lo afectivo a lo efectivo. Por eso la invitación ha sido que transformemos nuestros hogares en un santuario. También entendimos que si los fieles no pueden ir a María, entonces ella va hasta sus casas. En este momento, la Virgen de Lo Vásquez está recorriendo toda la diócesis de Valparaíso. Lo mismo se está viviendo en todo el Norte con la Virgen de la Tirana. Acá en Santiago, hemos recorrido diferentes comunas con la Virgen de Fátima”.
Celebrando con grandes caravanas
“En nuestra última reunión con la Comisión acordamos recomendar que el día 7 y 8 de diciembre, al término del Mes de María, salgan muchas caravanas en Santiago y esperamos que se sumen también diversas zonas del país. La idea es recorrer con camionetas muy festivas, adornadas con flores, globos y megáfonos. Pero también, queremos aprovechar lo aprendido durante la pandemia y seguir usando al máximo la tecnología y las redes sociales, seguir realizando las transmisiones vía streaming. Es importante mantener estas nuevas formas de acercarnos, las nuevas formas de vivir la experiencia religiosa de manera creativa junto a María nuestra madre”.