Jesús V. Picón - publicado el 21/08/21
El clavadista mexicano tiene su vista en lo más alto del cielo: sus ojos puestos en la Virgen de Guadalupe y sus oídos puestos a los consejos de un obispo como monseñor Jorge Patron Wong
Rommel Pacheco, el clavadista mexicano, ha puesto punto y final a su carrera como deportista, así lo expresó en las pasadas olimpiadas.
Participó en diferentes Juegos Olímpicos como en Atenas 2004, Juegos Olímpicos de Beijing 2008, Juegos Olímpicos de Río 2016 y Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Además, en Tokio fue el abanderado y líder de la delegación mexicana.
Rommel fue multimedallista mundial de Juegos Panamericanos, Juegos Centroamericanos y del Caribe, Copa del Mundo, Grand Prix y Serie Mundial de Clavados.
Entre otras cosas, también figuró en la televisión mexicana en diferentes programas como Exatlón México, o como bailarín en el programa «Bailando con las estrellas». Esto lo catapultó a la fama, pero no perdió la sencillez.
Al regresar de Tokio, Rommel cerró su libro como clavadista profesional, pero eso no le ha robado la paz, ni la tranquilidad. Rommel, siempre con su eterna sonrisa, pareciera que tiene grandes satisfacciones, nuevos sueños y mucha fe.
Se ha distinguido también por su permanente actividad en sus redes sociales. En Instagram tiene más de un millón de seguidores y siempre mantiene informados a sus fans.
Hace unos días sorprendió a todos, pues Rommel parece que no pierde el tiempo. Compartió una imagen: al centro la Santísima Virgen de Guadalupe y al otro lado monseñor Jorge Patron Wong. Al pie de la foto, Rommel da pistas sobre su fe y su esperanza.
Gracias por darse el tiempo de aconsejarme y platicar de la importancia de ser agradecido y velar por el prójimo. Fue un verdadero gusto verlo, amigo Monseñor @jorge_carlos_patron_wong_
Así lo expresó en su instagram Rommel, quien también es un oficial teniente de la SEDENA del ejército mexicano. Da ejemplo de su amor por México, pero también de su respeto por el clero católico y la Virgen de Guadalupe.
Monseñor Patron Wong es un alto jerarca de la iglesia católica, mexicano y enviado por el Papa Francisco a supervisar a los seminaristas de todo el mundo. Las voces que lo conocen en su natal Mérida (Yucatán, México) lo definen como un prelado sumamente humilde, sencillo y carismático, que siempre tiene una mano amiga y una sonrisa para todos. Así es el amigo y consejero de Rommel.
Rommel pasará los próximos años como diputado federal, como dijimos antes Rommel no pierde el tiempo, siempre anda en busca de la perfección y la actividad. Pone su fe en lo más alto del cielo pero también trabaja arduamente con los pies en la tierra, ya sea como clavadista, teniente o diputado. Es una inspiración para todos los mexicanos.
Por cierto, también entre otras cosas, Rommel es licenciado en administración de empresas por la universidad Anáhuac (México). Vaya, que Rommel es un estuche de monerías, dirán en argot mexicano.