Epidemias, Guerras, Batallas...la Virgen nunca deja solos a sus hijos. Hechos que han ocurrido en la historia...
Nuestra Madre la Virgen María nunca nos ha abandonado cuando confiados acudimos a ella. Mucho menos en tiempos históricos difíciles como: epidemias, pandemias, batallas, Primera y Segunda Guerra Mundial, eventos de catástrofe meteorológicos.
Estas son algunas advocaciones que lo testimonian:
María Auxiliadora o la Virgen María Auxilio de los Cristianos
El primero que llamó a la Virgen María con el título de «Auxiliadora» fue san Juan Crisóstomo, en Constantinopla, en el año 345, cuando dice: » Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios».
La advocación de María Auxilio de Cristianos ha sido asociada hasta el siglo XIX por un aspecto de carácter militar.
Pío VII, prisionero de Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora: inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo
La Virgen María defensora de la fe cristiana tanto para católicos como ortodoxos en Europa, norte de África y Medio Oriente, acudiendo a la defensa sobre todo del ataque musulmán.
Virgen Salus Populi Romani
Esta es una de las imágenes más antiguas de la Virgen, se cree que fue pintada por san Lucas.
En el 593 papa Gregorio I llevó en procesión la Virgen para que cesara la peste que estaba asolando Roma en ese momento.
En 1837, papa Gregorio XVI rezó a ella para que pusiera fin a la epidemia de cólera.
El 15 de marzo del 2020 papa Francisco rezó ante esta imagen para implorar el fin de la pandemia de COVID-19 que afecta al mundo.
Virgen de Tentudía
La Virgen que con un increíble milagro permitió una difícil victoria sobre los sarracenos.
En una sierra al sur de Badajoz que hoy lleva el nombre de Tentudía se enfrentaron moros y cristianos.
Las tropas cristianas al mando de Pelayo Pérez Correa, libraban una dura batalla, viendo que esta se alargaba y era inminente la llegada de la noche don Pelayo aclamó a la Virgen: «¡Santa María detén tu Día!» y Ella atendiendo a la plegaria detuvo por unas horas el Sol, permitiendo así ganar la batalla.
Virgen de Montesión
En el año 1755 en localidad española de Lucainena de las Torres (Almería), tuvo lugar un temporal de unas condiciones climatológicas antes nunca vistas, llegando a derribar casas, árboles, etc.
La gente llegó a pensar que era el «fin del mundo» y corrieron a la iglesia para sacar a la Virgen en procesión. No llegaron ni al umbral de la puerta que milagrosamente se empezó a despejar el cielo.
Desde ese día los habitantes la nominaron patrona del lugar.
Virgen de Itatí
La Virgen patrona de Corrientes (Argentina), promovida desde el 1615 por el fraile Luis de Bolaños, fundador de reducciones para guaraníes en la zona.
La tradición del pueblo afirma años después de la fundación de la reducción, un malón de indios salvajes atacó la zona destruyendo la capilla y llevándose la imagen.
Pero al día siguiente, la imagen fue encontrada intacta a orillas de un río. Todos quedaron sorprendidos, por la forma milagrosa de la que se salvó la imagen.
Santa María de la Victoria
Santa María de la Victoria es la patrona de Málaga. Cuenta la tradición oral que Fernando el Católico soñó con una imagen de una virgen que le regaló el emperador Maximiliano, y tres días después reconquistó la ciudad de la invasión musulmana.
Virgen de Covadonga
Según la tradición, la Virgen ayudó a los cristianos capitaneados por Don Pelayo, provocando un desprendimiento de rocas en la conocida como batalla de Covadonga, que diezmó el ejército árabe.
Divina Pastora
En 1855, se desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera. José Macario Yépez Vicario Foráneo de Barquisimeto decidió enfrentarla convocando una procesión el 14 de enero de 1856.
Implorando por su pueblo rezó:
«Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu divino corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡Que sea yo la última víctima del cólera»
La epidemia efectivamente terminó gracias a la intercesión milagrosa de la Divina Pastora, y el padre Yépez, al morir el 16 de junio de 1856, se convirtió en la última víctima de esa ola de cólera.
Desde ese día todos los 14 de enero se realiza la procesión en honor a la“Divina Pastora”, siendo una de las procesiones más importante de América Latina.
Virgen del Rosario Lepanto
Era el 7 de octubre de 1571 y en el Mediterráneo se libraba la última gran batalla naval de la historia contra los turcos, en Roma miles de fieles recitaban el rosario acompañando al papa Pío V, que no cesaba de pedirle a Dios, con manos elevadas como Moisés.
La batalla duró desde las primeras horas de la mañana hasta la noche, y en la mañana siguiente el papa anunciaba la feliz noticia a todos los presentes reunidos en la plaza: la Santísima Virgen había concedido la victoria a los cristianos.
De allí en adelante, Pío V consagra el 7 de octubre como festividad a Nuestra Señora de las Victorias y más tarde al Papa Gregorio XIII modifica el nombre de la solemnidad por el de “Nuestra Señora del Rosario”, ya que fue gracias a la recitación de miles de rosarios rezados a la Virgen como se consiguió vencer la batalla en Lepanto.
Nuestra Señora de Pontmain
En 1871, Francia se vio devastada a causa de la Guerra franco-prusiana. Tres cuartos del país estaban bajo la ocupación de la antigua Prusia.
La noche estrellada del 17 de enero, cuatro niños, Eugenne Barbedette, Joseph Barbedette, François Richer y Jeanneth-Marie Lebossé, declararon la aparición de una «bella señora» con los brazos extendidos, vestida de azul oscuro con estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro.
Los habitantes, que eran alrededor de sesenta entre adultos y niños, comenzaron a rezar el rosario.
Esa noche, las tropas prusianas cercanas a Laval habían parado a las 5.30 de la tarde, a la misma hora en que la aparición había sucedido por primera vez en Pontmain, a pocos kilómetros de distancia. El general Von Schmidt, preparado para salir en dirección de Pontmain, había recibido órdenes del comandante para no tomar aquella ciudad.
Nuestra Señora de Czestochowa
A la Virgen Negra se le atribuye la milagrosa salvación del Monasterio de Jasna Góra de la invasión sueca del siglo XVII mediante “El Diluvio” (periodo conflictivo de la historia polaca que comenzó en 1655 y al cual se puso fin formalmente con la paz de Oliva en 1660).
Virgen Blanca de la Academia
La historia de esta devoción se remonta a 1865. Una pandemia de cólera hacía estragos en toda España desde 1833 y en 1865 con dos brotes habían fallecido 565.000 personas.
La gente estaba aterrada, la situación alarmante sobre todo en la ciudad de Lleida. El fundador de la Academia Mariana de esa ciudad organizó unas rogativas a la Virgen en las que se imploraba que librara a Lleida del cólera ofreciéndole un corazón de plata donado con los donativos de los fieles.
Sin embargo, no tenían una imagen propia de la Virgen de la Academia, por lo tanto la Academia Mariana convocó un concurso de escultura y lo ganó un joven escultor barcelonés, Maximiano Sala Sánchez.
La imagen era una preciosa talla hecha en madera de tilo. Era una imagen blanca y de ahí que se la denominara popularmente Virgen Blanca de la Academia.
Así fue como Lleida se libró de aquella pandemia del cólera.