La pandemia impidió que se celebrase el tradicional acto público de entrega de los Premios Cari Filii, que cada año reconocen los méritos de trabajos escritos o audiovisuales presentados en honor a la Virgen María. Es costumbre que un obispo español intervenga en el evento, pero no pudiendo ser así, el de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla -quien ya participó en 2019- grabó una reflexión espiritual, recogida en vídeo y por escrito por Cari Filii News:
De este modo, el prelado relata en un vídeo para esta fundación mariana que desde que comenzó la pandemia de coronavirus son numerosos los fieles que “han suplicado a la Virgen” a través de la Salve con las palabras de esta oración: “vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y muéstranos a Jesús”. Pues según dijo Reig, “María siempre acoge nuestras oraciones y como madre intercede” por nosotros.
Por su parte, “Infirmorum” significa “no estar firme, decaer”, que es también la “falta de estabilidad física, psíquica y espiritual, la decadencia moral y la decadencia en el pecado”.
Por ello, Reig Pla considera que a “María la invocamos como salud de los enfermos con esta perspectiva global”.
Una vez introducido el término de la advocación, el obispo considera que para entenderla bien hay que remontarse a los datos que aparecen en las Sagradas Escrituras. Y comienza en el Génesis, tras el pecado original y la promesa por parte de Dios: “Establezco
“De una mujer vendrá una descendencia que acabará con la serpiente y que vendrá a rescatarnos de las consecuencias del pecado”, prosigue el obispo con esta catequesis.
Pero también en el Antiguo Testamento, el profeta Ezequiel da un “dato importante” en una enseñanza que representa al templo y del que del lado derecho va saliendo una corriente de agua que por donde pasa va sanando todo lo que encuentra, y en estas orillas las hojas son medicinales. En su opinión, este es un texto “profético” que anuncia “una realidad que va más allá de lo que Ezequiel percibe”.
Para el obispo de Alcalá, “lo que decía el Génesis de las hostilidades se cumple y se llama ‘plenitud del tiempo’”.
“El Señor no nos ha abandonado después el pecado, ha realizado una gran historia de salvación que se cumple precisamente en Jesucristo. Es Dios mismo quien viene a salvarnos”, recuerda el prelado.
Reig Pla señala que María “es la Madre de Dios y así lo proclamó el Concilio de Éfeso. Y desde la maternidad de María entendemos todo lo que es la intercesión sobre Cristo, que es su hijo, y sobre el Cristo total, que es la Iglesia. La llamamos madre de Cristo y madre de la Iglesia”.
Por ello, considera que es muy “oportuno” que en este tiempo “volvamos la mirada hacia ella y supliquemos su intercesión para que se realice la salvación que sólo su Hijo puede lograr por nosotros”.
“Como Madre de Dios es mediadora de todas las gracias, pero siempre nos hace caminar en la dirección de Jesucristo. Es a la vez la que el Señor nos envió como Madre”, dice Reig Pla recordando como ya en la cruz Cristo decía a Juan, “he ahí a tu madre”.
En su catequesis, el obispo recalca que “María no ha dejado de realizar esa labor maternal”, de ahí que los cristianos acudan a esta maternidad de María “para sanar las heridas del cuerpo y del alma”.