Esta web usa cookies operativas propias que tienen una pura finalidad funcional y cookies de terceros (tipo analytics) que permiten conocer sus hábitos de navegación para darle mejores servicios de información. Si continuas navegando, aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración, desactivarlas u obtener más información.

 

TOLKIEN
Shutterstock-Anna Tochennikova
 

El poema se descubrió recientemente y pone de manifiesto la profunda fe católica de Tolkien

El escritor de fantasía J.R.R. Tolkien, famoso por sus obras El hobbit y El señor de los anillos, tiene muy pocas obras publicadas que hagan referencia explícita a su fe católica.

Tolkien comentó sobre su popular trilogía que “El señor de los anillos es, por supuesto, una obra religiosa y católica fundamentalmente; inconscientemente al principio, pero conscientemente en la revisión”. Sin embargo, la presencia de su fe católica en sus historias publicadas era algo sobre todo sutil, subyacente, que funcionaba como una sólida cimentación.

De ahí la sorpresa que se llevó Wayne Hammond, estudioso de Tolkien, al descubrir un poema dedicado a la Virgen María. Había sido publicado originalmente en el anuario de 1936 del Colegio de Nuestra Señora en Abingdon (Oxfordshire, Reino Unido) bajo el sencillo título de Noel.

Según declaró el director del colegio Stephen Oliver en una entrevista para The Guardian, “Noel es una versión hermosa e inusual de la historia de Navidad, ambientada en un paisaje invernal. La atención se centra en María, razón que podría explicar el que Tolkien escribiera el poema para la revista escolar, dado que estamos consagrados a Nuestra Señora”.

A continuación se recoge una traducción libre de un fragmento del poema de Tolkien, que sirve como meditación perfecta para esta temporada navideña. Se puede acceder al poema original en inglés en este sitio web.

María en este mundo de abajo cantó:
oyeron elevarse su canción
sobre la niebla y la nieve de la montaña
hasta los muros del Paraíso,
y se agitó la lengua de muchas campanas
al sonar en las torres del Cielo
cuando se oyó la voz de una doncella mortal,
era la madre del Rey celestial.

 

Feliz es el mundo y clara es la noche
con estrellas sobre su cabeza,
y el salón repleto de risas y luz,
y los fuegos ardiendo rojos.
Las campanas del Paraíso suenan ahora
con repiques de Cristiandad,
y ‘Gloria’, ‘Gloria’ cantaremos
que Dios a la tierra acaba de llegar”.