Que «las cosas están malitas» ya está fuera de toda duda. Por eso es una inmensa alegría comprobar que se ponen los medios para «arreglarlas», los medios que de verdad hay que poner: los sobrenaturales. Y que, además, en este caso, están alentados por los pastores.
En la Asamblea de noviembre de 2017 de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, los obispos propusieron ‘rededicar‘ su patria a Nuestra Madre, una vuelta de Inglaterra como la «Dote de María» que durante mucho tiempo fue. La ‘rededicación’ formal tendrá lugar el domingo 29 de marzo de 2020 (domingo posterior a la Anunciación) en todo el país, en catedrales, iglesias, santuarios y otros lugares.
Consistirá en una «dedicación personal del pueblo de Inglaterra siguiendo los pasos del Rey Ricardo II, quien ante la gran agitación política en 1381 [Rebelión de Wat Tyler] fue al Santuario de Nuestra Señora de Puy en La Abadía de Westminster para buscar su orientación y protección», según le manifestó el Rector del Santuario de Nuestra Señora de Walsingham, Mons. John Armitage, a Crux.
Junto a esa «dedicación» personal, habrá una renovación de los votos hechos por el rey Ricardo II. En el sitio web www.behold2020.com se puede encontrar un mapa de los lugares que se han adherido y una hermosa advertencia:
La historia nos muestra que, cuando el pueblo reza para someter su vida a la voluntad de Dios, la sociedad se transforma. Llevando a cabo esta consagración personal en 2020, puedes formar parte de la renovación de nuestra nación, que nos acercará más a la voluntad amorosa de Dios, a través de María.
Sinceramente, no me esperaba esta llamada: es personal pero también comunitaria, es nueva pero entronca con la tradición. Es un abandono filial y esperanzado en las manos del Señor. Me parece un ejemplo que pueden imitar otros episcopados y que nos harían mucho bien a los fieles.
Como preparativo de esta consagración, la imagen de Nuestra Señora de Walsingham peregrina a todas las Catedrales de Inglaterra, y se está incentivando a peregrinar acercándose al Santuario en Norfolk. De este modo se intenta «abordar el hecho de que la comprensión del antiguo título de Inglaterra como la ‘Dote de María’, que indica el gran amor de Nuestra Señora por el pueblo de Inglaterra, ha disminuido y debe destacarse en esta generación».
Mons. John Armitage quiso también aprovechar la ocasión para actualizar el «Mensaje de Nuestra Señora en Walsingham de ‘compartir mi alegría en la Anunciación’, porque Walsingham es un Santuario mariano de la Encarnación».
El Rector del santuario recordó la expresión medieval de devoción a la Santísima Virgen como una realidad siempre antigua y siempre nueva y confió que la rededicación ayudará a los creyentes ingleses a «recordar nuestra notable herencia espiritual que traerá honor al pasado y esperanza para la gente de hoy mientras buscan tomar en serio las palabras de Nuestra Señora en Caná: ‘Haced lo que Él os diga’».
En 1061, la Virgen se le apareció a la noble Ricarda de Faverches y le pidió que se construyera una réplica de su casa de Nazaret, donde tuvo lugar la Anunciación. La actual basílica fue construida en 1340 y masacrada por la Reforma. La capilla llegó a ser un establo. La imagen enviada a Londres para quemar. La última visita real que recibió fue la de la hija de los Reyes Católicos y esposa de Enrique VII: Catalina de Aragón.
Mons. Armitage explicó en entrevista al N.C. Register el significado histórico y actual de la «Dote de María»:
Única entre todas las naciones, los católicos de Inglaterra creen desde hace siglos que su nación es, de una manera especial, la «Dote de María».
La palabra «dote» (del latín dos, que significa «donación) es entendida a veces como la donación que acompaña a una esposa. Sin embargo, en la ley medieval inglesa, el significado se invierte: el marido reserva una parte de sus propiedades para el mantenimiento de su esposa, en el caso de que ésta enviude. El significado histórico de Inglaterra como «Dote de María» se comprende en este sentido: que Inglaterra ha sido reservada para María.
Se cree que este título tiene su origen en la época de San Eduardo el Confesor (1042-1066), aunque se desconoce su origen exacto. A mediados del siglo XIV su uso era ya generalizado; y, alrededor del 1350, un predicador mendicante declaró en un sermón que «se dice habitualmente que Inglaterra es la dote de la Virgen», indicando el origen del título en la profunda devoción que los ingleses tenían por la Madre de Dios desde la Edad Medía.
[…]
Se creía que Inglaterra pertenecía a María de una manera especial, ya que era considerada la «protectora» del país y quien, por medio de sus poderes de intercesión, actuaba como su defensora o guardiana. Durante el reinado de Enrique V (1386 -1422), el título se aplicaba a Inglaterra en los textos latinos. Y según el cronista monástico Thomas Elmham, los sacerdotes ingleses buscaron la intercesión de «la Virgen, protectora de su dote», en la vigilia de la Batalla de Azincourt.
Es un título de Inglaterra, establecido por una Ley real y proclamado por el arzobispo Arundel, que nunca ha sido rescindido por ningún monarca ni por el Parlamento.
Y cuando fue preguntado sobre la oportunidad de la nueva consagración manifestó que
Cada generación y cada momento de la historia trae consigo grandes, y a veces peligrosos, desafíos. Nuestro momento es uno de estos. El Santo Padre, el Papa Francisco, dice que «no estamos en una época de cambio, sino en un cambio de época». El Papa León XIII profetizó que «cuando Inglaterra vuelva a Walsingham, Nuestra Señora volverá a Inglaterra». A medida que el mundo y la Iglesia se enfrentan a los retos de nuestro tiempo, nos dirigimos a Aquella que superó su temor en la Anunciación, aceptando, por medio de la fe, que nada es imposible para Dios. Su «Sí» a Dios creó el camino para que la luz de Cristo entrara en el mundo. Con fe, como María, debemos llevar esa luz al mundo de hoy.
Será un buen día para unirnos en oración a nuestros hermanos ingleses.